El baterista Phil Rudd, pieza clave en la historia de AC/DC, ha abierto una ventana a las tensiones que persisten en su vínculo con la banda australiana. En una entrevista reciente con el medio neozelandés Stuff, Rudd aborda el vacío dejado por su ausencia en las giras y eventos recientes, mientras reafirma su lazo inquebrantable con el espíritu original del grupo, encarnado en la figura de Bon Scott.
La grieta en la relación con AC/DC
Phil Rudd aportó las bases rítmicas al álbum Power Up de 2020, un disco que marcó el regreso de AC/DC tras años de altibajos. Sin embargo, su participación se limitó al estudio: no formó parte de la gira que siguió ni del set en el festival Power Trip de 2023, donde la banda compartió escenario con otros gigantes del metal.
En la charla con Stuff, Rudd describe el impacto emocional de esta exclusión. “Hubo un tiempo en que pensé que era el fin de mi mundo. Solo conocía la vida con AC/DC. Esas personas que creía que me querían como a un hermano ni siquiera me han contestado el teléfono”, confiesa. Esta admisión pone de manifiesto cómo el paso del tiempo ha erosionado los lazos que un día parecieron indestructibles en el núcleo de AC/DC.
El eco de Bon Scott en la memoria de Rudd
A pesar de la distancia con sus excompañeros, Phil Rudd mantiene viva la esencia de AC/DC a través de Bon Scott, el vocalista que definió la era dorada del grupo antes de su muerte en 1980 por intoxicación alcohólica. “Para mí, AC/DC siempre fue Bon”, declara Rudd, quien señala Highway to Hell como su álbum preferido y “Touch Too Much” como la pista que más lo define.
La pérdida de Scott dejó una marca profunda. “Cuando Bon murió, incluso en AC/DC me sentí solo. Pero nunca lo estuve. La gente a la que le gusta la música siempre me conmueve, pero también me hace feliz”, añade. Estas palabras revelan cómo el legado de Scott sigue siendo el ancla emocional para Rudd, más allá de las disputas internas de la banda.
Rumores de regreso y las sombras del pasado
La no presencia de Phil Rudd en los shows recientes ha alimentado debates entre fans del hard rock, con muchos señalando sus tribulaciones legales como el detonante. En 2015, Rudd se declaró culpable de amenazas de muerte contra un exempleado y posesión de drogas, lo que derivó en ocho meses de arresto domiciliario. Su defensa alegó que la pena afectaba su trayectoria musical, pero el fallo judicial no cedió, y AC/DC optó por el baterista Matt Laug para continuar adelante.
Aún con este bagaje, Rudd deja la puerta entreabierta a una reconciliación. “Siempre me preguntan si volveré a tocar con AC/DC. Solo lo haría por los fans. Y por Bon… Lo haría por Bon”, afirma. En un panorama donde AC/DC navega cambios generacionales, esta posibilidad mantiene el pulso de la especulación en la escena del heavy metal.
