En un rincón oculto de la selva peruana, donde la melodía de la naturaleza toca su sinfonía, una nueva estrella del rock ha nacido. No, no es un nuevo talento musical, sino una nueva especie de lagartija que lleva el nombre de un ícono del heavy metal: Bruce Dickinson, el legendario vocalista de Iron Maiden.
El descubrimiento fue realizado por un equipo de científicos en la reserva selvática de Perú. La nueva especie, bautizada como Enyalioides dickinsoni, comparte su hogar con otra recién descubierta, la Enyalioides cyanocephalus.
Ambas fueron encontradas en los bosques húmedos de la Cordillera de Colán, en la región Amazonas del noreste de Perú.
El nombre de la lagartija es un homenaje a Paul Bruce Dickinson, cuya voz ha sido la banda sonora de la vida de millones de fanáticos del metal en todo el mundo.
Aunque el Sernanp no especificó si los científicos son fanáticos del metal, es evidente que el espíritu del heavy metal ha dejado su huella en la ciencia.
Bruce Dickinson, a sus 65 años, sigue siendo una figura central en Iron Maiden, una banda que desde su fundación en 1975 en Londres, ha sido una de las más influyentes en el género del heavy metal.
La Enyalioides dickinsoni se distingue por su cabeza naranja, cuerpo verde y pequeñas patas, una verdadera estrella del rock en el mundo de las lagartijas. Este descubrimiento es el resultado de un estudio de investigación llevado a cabo por expertos de Rainforest Partnership, el Instituto Peruano de Herpetología y el Museo de Zoología de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
El santuario nacional Cordillera de Colán en Amazonas, con una extensión de 39.215 hectáreas, es hogar de 470 especies de aves y unas 70 especies de mamíferos. Ahora, también es el escenario de este emocionante descubrimiento que une la ciencia y el heavy metal de una manera nunca antes vista.
Así que, la próxima vez que escuches el rugido de Iron Maiden, recuerda que en algún lugar de la selva peruana, una lagartija lleva el nombre de su vocalista. Y quién sabe, tal vez esté moviendo su pequeña cabeza al ritmo del heavy metal. ¡Larga vida al rock and roll!