Los Morrisound Studios, ubicados en Tampa, Florida, se erigieron como un epicentro de la creatividad y la innovación en el ámbito del death metal. Fundado por Tom Morris y su hermano Jim, estos estudios se convirtieron en un lugar donde las bandas emergentes de death metal podían dar vida a su música de una manera nunca antes experimentada. Sin embargo, fue la colaboración de Scott Burns lo que realmente catapultó a Morrisound Studios a la prominencia mundial en la producción de este género.
El Enfoque Único de Scott Burns
Lo que hizo que Scott Burns se destacara como productor fue su enfoque distintivo y su comprensión profunda de la naturaleza del death metal. Burns entendió que el death metal no era solo música extremadamente pesada; era una expresión artística que requería un equilibrio entre brutalidad y claridad. Su capacidad para capturar la energía visceral de las actuaciones en vivo, combinada con una producción precisa y pulida, permitió que las bandas de death metal alcanzaran un nivel de impacto sonoro nunca antes logrado.
Burns no tenía miedo de experimentar con diferentes técnicas de grabación y mezcla para lograr el sonido deseado. Introdujo la técnica del “triggering” de batería, que implicaba reemplazar el sonido de la batería en la mezcla con samples previamente grabados, lo que resultó en una batería más contundente y definida. Esta técnica se convirtió en una característica distintiva del sonido de muchas bandas de death metal de la época.
Álbumes Legendarios: El Legado de Scott Burns
El legado de Scott Burns se manifiesta en los álbumes legendarios que produjo en Morrisound Studios. Estos álbumes no solo influyeron en la escena del death metal, sino que también dejaron una marca indeleble en la historia de la música extrema. Algunos de los álbumes más destacados incluyen:
- “Altars of Madness” (1989) – Morbid Angel: Considerado uno de los álbumes más influyentes en la historia del death metal, “Altars of Madness” fue un tour de force que capturó la brutalidad y la destreza técnica de Morbid Angel. La producción de Burns permitió que la agresividad y la atmósfera oscura de la música de la banda se manifestaran de manera impactante.
- “Leprosy” (1988) – Death: La banda pionera del death metal, Death, también se benefició de la magia de Scott Burns en la producción de “Leprosy”. El álbum logró un equilibrio perfecto entre la ferocidad del death metal y una calidad de sonido pulida, lo que ayudó a consolidar la posición de Death como una fuerza imparable en la escena.
- “Cause of Death” (1990) – Obituary: Obituary se convirtió en otra de las bandas emblemáticas del death metal gracias a la producción de Scott Burns en “Cause of Death”. Este álbum demostró la habilidad de Burns para resaltar la intensidad vocal y la inquebrantable pesadez instrumental de la banda.
- “Blessed Are the Sick” (1991) – Morbid Angel: La colaboración continua entre Burns y Morbid Angel resultó en otro álbum legendario. “Blessed Are the Sick” siguió ampliando los límites del death metal y exhibió la capacidad de Burns para trabajar con sonidos oscuros y atmósferas únicas.
- “Covenant” (1993) – Morbid Angel: El álbum “Covenant” de Morbid Angel marcó otro hito en la carrera de Burns. Con una producción que mantuvo la agresividad mientras permitía que las complejidades musicales brillaran, el álbum solidificó aún más la reputación de Morbid Angel como líderes en el género.
La producción de Scott Burns en estos álbumes no solo definió el sonido del death metal, sino que también influyó en una generación de músicos y productores que buscaron emular su enfoque distintivo y su pasión por capturar la esencia cruda del género.
Legado Duradero y Cambio de Paradigma
Scott Burns cambió el juego en la producción de death metal. Su trabajo en Morrisound Studios revolucionó la forma en que el género se percibía y se escuchaba. Al crear un espacio donde las bandas podían expresarse auténticamente y al mismo tiempo obtener una calidad de sonido excepcional, Burns allanó el camino para el éxito y la longevidad del death metal en todo el mundo.
Su enfoque innovador, junto con su habilidad para trabajar con bandas diversas y únicas, aseguró que su legado perdurara mucho después de sus contribuciones originales. Aunque Burns lamentablemente falleció en 2019, su impacto sigue vivo a través de la música que ayudó a crear y las generaciones de músicos y productores que continúan siendo inspirados por su enfoque único.
En conclusión, Scott Burns se erige como un pilar fundamental en la historia del death metal. A través de su colaboración con Morrisound Studios y su producción en álbumes legendarios, logró cambiar el curso del género y elevarlo a nuevas alturas de creatividad y expresión artística. Su legado perdura en cada nota, en cada riff y en cada rugido del death metal contemporáneo, y su influencia sigue siendo palpable en la música extrema en la actualidad.
¿Y el Infierno de Dante?
“El Infierno de Dante”, el quinto álbum de la banda mexicana Transmetal, lanzado en 1993 a través de Denver Records, añade una capa adicional de complejidad y riqueza a la historia del género. Este álbum, que marcó el regreso de Alberto Pimentel, trasciende más allá de las fronteras de México al convertirse en la primera grabación del grupo realizada en el extranjero, específicamente en los prestigiosos Morrisound Studios.
La decisión de Transmetal de grabar “El Infierno de Dante” en esos renombrados estudios muestra el impacto global que lugares como estos y productores como Scott Burns tenían en la escena del death metal. El hecho de que el álbum haya sido grabado en ese lugar implica una búsqueda de excelencia en la producción y la intención de capturar la intensidad característica del género, similar a la visión que Burns tenía para su trabajo con otras bandas de death metal.
Además, la colaboración con Glen Benton, vocalista de Deicide, para los coros en las canciones “El Infierno de Dante” e “Himno para Él” agrega un elemento de colaboración internacional al álbum. Glen Benton también tenía una fuerte asociación con Morrisound Studios y Scott Burns, lo que une aún más el álbum de Transmetal con la influencia indirecta de Burns en el proyecto.
Esta colaboración resalta la comunidad global que se estaba formando en torno al death metal, donde músicos y productores de diferentes partes del mundo se influenciaban mutuamente y compartían su pasión por el género.
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