¿Qué es un trve y cómo llegar a serlo? › Heavy Mextal
dom. Abr 27th, 2025

En la subcultura del metal extremo, el término “trve” —derivado del inglés “true” y escrito con una estética que imita las tipografías ilegibles del black metal— es tanto un distintivo como un debate. Surgido en los años 90, durante el auge del black metal noruego liderado por bandas como Mayhem y Darkthrone, “trve” designa a quienes encarnan una pureza intransigente hacia el género, rechazando cualquier dilución comercial o influencias ajenas. Hoy, en 2025, el concepto sigue vivo en foros como Reddit y en festivales como el Inferno en Oslo, aunque su significado oscila entre la seriedad militante y la ironía autoconsciente. Este artículo explora qué define a un “trve” y los pasos —reales o simbólicos— para alcanzar ese estatus en la escena del metal más radical.

Ser “trve” con un compromiso visceral hacia la autenticidad sonora. Esto implica venerar el black metal crudo de cintas como *De Mysteriis Dom Sathanas* o el death metal primigenio de *Left Hand Path* de Entombed, mientras se desdeña el metalcore o el nu-metal por su accesibilidad. No se trata solo de escuchar: un “trve” busca ediciones limitadas en vinilo o casete, preferiblemente grabadas en condiciones lo-fi que preserven el espíritu DIY de los 90. En un mundo donde Spotify domina, optar por un walkman con cintas de Necrofrost o Blasphemy es un acto de resistencia que separa a los puristas de los casuales.

La estética juega un rol igual de crucial. El uniforme del “trve” incluye botas gastadas, chaquetas con parches cosidos a mano de bandas oscuras como Sarcófago y, en el caso del black metal, el infame corpse paint: esa pintura facial blanco-negra que evoca lo macabro. Pero no basta con imitar; la autenticidad exige que el look refleje una vida inmersa en el género, no una pose para Instagram. Algunos van más allá, adoptando nombres de guerra —como “Nocturno” o “Grim”— que emulan a los pioneros noruegos, un guiño a la tradición de anonimato y misticismo que marcó la segunda ola del black metal.

El conocimiento arcano de la escena es otro pilar. Un “trve” no solo conoce los discos icónicos, sino las historias detrás: el asesinato de Euronymous por Varg Vikernes, las sesiones de grabación de *Altars of Madness* en Morrisound o las cartas manuscritas que circulaban entre fanzines en los 80. Este saber no se adquiere en tutoriales de YouTube, sino buceando en archivos digitales de Metal Archives o charlando en bares después de un concierto de Gorgoroth. La obsesión por los detalles —como el uso de un micrófono de auricular en *Transilvanian Hunger*— es lo que distingue al iniciado del aficionado.

Por último, ser “trve” implica una postura filosófica: rechazar lo mainstream y abrazar el aislamiento. Esto puede significar evitar festivales masivos como Wacken, tildados de “vendidos”, y priorizar eventos underground como el Messe des Morts en Montreal. Algunos llevan esta mentalidad al extremo, viviendo al margen de tendencias digitales o incluso profesando un anticristianismo inspirado en las quema de iglesias de los 90, aunque hoy eso suele ser más simbólico que literal. En esencia, el “trve” no busca aprobación: su devoción al metal extremo es un fin en sí mismo, un culto que exige tanto pasión como sacrificio.

By Yussel Barrera

Jefe de información de Heavy Mextal/ Músico semiretirado de la escena under de Iztapalapa; dejé la guitarra para tomar la pluma y trazar historias en lugar de un solo./ Contacto: [email protected]/ Facebook: https://www.facebook.com/tizzn

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