Ghost no es solo una banda de metal. Es un espectáculo, un circo macabro que mezcla riffs pesados con melodías que se te pegan como sombra en un callejón oscuro. Desde que Tobias Forge comenzó a conjurar este proyecto, ha jugado con la idea de hacer accesible lo siniestro, tejiendo canciones que podrían sonar en una misa satánica o en una pista de baile. Su catálogo, aunque anclado en el rock y el metal, tiene destellos de pop: momentos donde la melodía toma el control y el gancho es más fuerte que cualquier pentagrama invertido. Aquí van las cinco canciones donde Ghost se rinde al brillo pop, incluyendo su sencillo más reciente, “Lachryma”, lanzado el 11 de abril de 2025.
1. Lachryma (2025, Skeletá)
El nuevo sencillo de Ghost, recién estrenado, es una carta de amor a la inmediatez. “Lachryma” entra con un pulso rítmico que parece diseñado para hacerte mover los hombros, mientras la voz de Forge flota entre la confesión y el hechizo. Los coros, cargados de armonías, tienen esa cualidad de quedarse rondando en tu cabeza como un eco en una catedral vacía. Según declaraciones de Forge en una entrevista para la revista Kerrang! (abril 2025), la canción buscaba capturar “una tristeza que baila”, y lo logra con una producción que no abruma, pero no te suelta. Es Ghost mirando de reojo a la radio sin perder su aura teatral.
2. Square Hammer (2016, Popestar)
Si alguna vez Ghost escribió una canción para conquistar desconocidos, es esta. Desde el riff inicial, que suena como si alguien hubiera desenterrado una cinta de los 80 y le hubiera dado un baño de azufre, “Square Hammer” es un cohete. Los teclados dibujan espirales, y el estribillo es tan directo que podrías cantarlo sin saber inglés. Publicado como parte del EP Popestar, el tema fue un puente entre el público metalero y los curiosos que nunca habían pisado un concierto con corpse paint. Los datos de streaming en Spotify muestran que, hasta abril de 2025, sigue siendo una de sus canciones más reproducidas, con más de 800 millones de streams.
3. Dance Macabre (2018, Prequelle)
Imagina una discoteca al borde del apocalipsis, con luces estroboscópicas y esqueletos bailando. Eso es “Dance Macabre”. La canción, del álbum Prequelle, toma el pulso del rock bailable de los 80 y lo retuerce con letras sobre muerte y celebración. El bajo galopante y los coros que invitan a levantar los brazos la convierten en un imán para multitudes. Cuando Ghost la tocó en su gira de 2019, según reportes de setlist.fm, fue el momento donde el público más cantó, un dato que refleja su poder para conectar más allá del metal. Es pop con un toque de veneno, servido con guiños a la pista de baile.
4. Mary on a Cross (2019, Seven Inches of Satanic Panic)
Nadie esperaba que una canción lanzada casi como un experimento se convirtiera en un fenómeno. “Mary on a Cross” tiene un aire retro, con ecos de los 60 que recuerdan a bandas como The Mamas & The Papas, pero con un barniz oscuro. Su simplicidad es su fuerza: una guitarra suave, un estribillo que fluye como un río tranquilo y una melodía que se instala en tu mente sin pedir permiso. La canción explotó en plataformas como TikTok en 2022, acumulando más de 1.200 millones de streams en Spotify hasta abril de 2025. Ghost tomó algo íntimo y lo convirtió en un himno para masas.
5. Spillways (2022, Impera)
“Spillways” es Ghost soñando con estadios. El piano que abre la canción marca el tono: épico, pero accesible, como si quisieran llenar un espacio enorme sin perder el contacto con quien escucha. El estribillo es un disparo al centro, con armonías que podrían sonar en un musical de Broadway si Broadway tuviera un altar invertido. Parte del álbum Impera, esta canción muestra a Ghost abrazando el rock de FM sin disculpas, con una producción que brilla sin ser estridente. En la gira de 2023, según reseñas de fans en foros como Reddit, fue una de las canciones que más unió a públicos diversos, desde metaleros hasta recién llegados.
Por qué estas canciones
Ghost no escribe pop al uso. Su versión de pop está envuelta en capas de ironía, teatralidad y un toque de polvo de tumba. Estas cinco canciones destacan porque saben hablarle a quien nunca ha oído hablar de Black Sabbath, pero también a quien lleva años en el metal. “Lachryma” es la prueba más reciente de que Tobias Forge sigue encontrando formas de equilibrar lo pegajoso con lo extraño, mientras temas como “Square Hammer” o “Dance Macabre” muestran cómo la banda ha ido puliendo esa fórmula desde hace años. Son canciones que no solo funcionan en un disco, sino que viven en la cabeza de quien las escucha, como un ritual que no necesita velas ni incienso para funcionar.