El 1965 marcó un antes y un después en la historia de la música pesada. En un accidente en la fábrica donde trabajaba, un joven de 17 años perdió parte de los dedos de su mano derecha. Ese evento, aparentemente trivial en la vida de alguien ajeno al mundo musical, sería la chispa que encendería uno de los géneros más influyentes y duraderos de la historia del rock. Este músico, conocido como Tony Iommi, no solo adaptó su estilo, sino que redefinió por completo el sonido que hoy reconocemos como heavy metal.
Para entender el impacto de lo ocurrido, es necesario examinar cómo Iommi superó las limitaciones impuestas por la pérdida de los dedos. En lugar de rendirse, utilizó ese obstáculo físico para reconfigurar su enfoque musical. En un momento cuando la guitarra eléctrica se encontraba en una etapa evolutiva, Iommi descubrió una forma de hacer que su instrumento hablara de manera más grave, densa y contundente. No se trató solo de un cambio técnico, sino de un giro fundamental en la construcción de un sonido más pesado que marcó el inicio de una nueva era en la música.
Tony Iommi, como miembro de Black Sabbath, empezó a experimentar con afinaciones más bajas para facilitar la ejecución con los dedos que le quedaban. De hecho, su afinación más común, conocida como “afinación en C#”, se convirtió en uno de los elementos clave del heavy metal, creando un tono más grave y sombrío. La combinación de esta afinación con sus punteros más blandos, diseñados para adaptarse a su situación, permitió que los riffs que Iommi comenzó a desarrollar fueran inconfundibles.
El uso de cuerdas más gruesas y el tono bajo de la guitarra, sumados a la exploración de nuevas formas de tocar, no solo fueron adaptaciones a su nueva condición física, sino un desafío consciente a las convenciones musicales de la época. La forma en que Black Sabbath tocaba se distanció por completo de los sonidos de otras bandas del momento, con un enfoque más oscuro y pesado, que no solo alteró el uso de la guitarra, sino también la actitud en torno a la música.
Si bien el término “heavy metal” se usaría años después para describir el estilo que surgió, muchos coinciden en que lo que Iommi creó con Black Sabbath en esos primeros años fue la base de este nuevo género. La irreverencia hacia los estándares musicales, la oscuridad y la pesadez que introdujo Iommi con sus riffs, moldearon la esencia del heavy metal.
Aunque otros músicos ya experimentaban con sonidos más pesados, como Led Zeppelin o Deep Purple, fue la particularidad del accidente de Iommi lo que lo llevó a una búsqueda de sonido completamente nueva, de la que nacieron muchas de las características esenciales del metal: las guitarras distorsionadas, los riffs pesados, y una atmósfera que no solo se construía con la música, sino también con la actitud frente a la vida y la música misma.
La historia de Iommi no es solo la de un músico que superó un desafío físico. Es la historia de alguien que, al enfrentarse a una adversidad personal, generó una respuesta creativa que cambió el curso de la música rock. Aquel accidente, lejos de frenar su carrera, lo impulsó a crear algo más grande que él mismo. Sin saberlo en ese momento, Tony Iommi no solo había iniciado su propio camino de reinvención, sino que había trazado el mapa de lo que se convertiría en uno de los géneros más significativos de la historia de la música.