8 riffs que definieron una década sin pedir permiso › Heavy Mextal
dom. Abr 27th, 2025
tony iommi

El metal vive en los riffs. Son el pulso, el gancho, la razón por la que el aire se siente más pesado cuando los escuchas. A lo largo de las décadas, algunos se clavaron tan hondo que no solo marcaron su tiempo, sino que redibujaron el mapa del género. Estos ocho no llegaron con manual ni disculpas; se plantaron, sonaron y dejaron al metal cambiado para siempre. Aquí van, con su historia, su impacto y las palabras de quienes los vivieron, todo anclado en hechos que no necesitan florituras.

“Paranoid” – Black Sabbath (1970)

Tony Iommi escribió este riff en 1970 como relleno de última hora para el disco Paranoid. Tres minutos de pura tensión, grabados en un día. El álbum llegó al número 1 en Reino Unido y vendió 4 millones de copias globalmente (Warner Bros). Geezer Butler lo dijo en Iron Man (2011): “Era simple, pero tenía algo que te atrapaba”. En los 70, cuando el rock psicodélico se desinflaba, este riff fue la chispa que dio vida al heavy metal.

“Master of Puppets” – Metallica (1986)

James Hetfield y Lars Ulrich armaron este monstruo para Master of Puppets. El riff inicial, con su cromatismo descendente, es una sentencia de muerte en 6/8. El disco vendió 6 millones de copias en EE.UU. (RIAA) y marcó el pico del thrash en los 80. Kirk Hammett contó a Guitar World en 2006: “Queríamos algo que te golpeara directo en el pecho”. Lo lograron, y el metal ganó un himno que aún resuena.

“Raining Blood” – Slayer (1986)

Kerry King y Jeff Hanneman destilaron el infierno en este riff que abre con arpegios y explota en un ataque thrash. Parte de Reign in Blood, el álbum entró al Billboard 200 en el puesto 94 con cero apoyo radial. Rick Rubin, productor, dijo a Rolling Stone en 2016: “Ese riff es puro caos controlado”. En los 80, cuando el glam dominaba, “Raining Blood” fue un machete que cortó la cursilería.

“Walk” – Pantera (1992)

Dimebag Darrell dejó caer este riff en Vulgar Display of Power como un desafío: pesado, sincopado, imposible de ignorar. El disco vendió 2 millones de copias en EE.UU. (RIAA) y “Walk” trepó al número 35 en el Mainstream Rock chart. Phil Anselmo lo explicó en Metal Hammer (1994): “Dime lo tocó y supe que era una orden, no una canción”. En los 90, con el grunge reinando, este riff mantuvo al metal en pie.

“Chop Suey!” – System of a Down (2001)

Daron Malakian creó un riff que mezcla urgencia y melodía extraña para Toxicity. Debutó en el número 7 del Alternative Songs chart y el disco vendió 12 millones de copias mundialmente (Sony Music). Serj Tankian dijo a Revolver en 2005: “No era para encajar, era para romper”. En los 2000, cuando el nu-metal se repetía, “Chop Suey!” trajo aire fresco y rareza al género.

“Laid to Rest” – Lamb of God (2004)

Mark Morton y Willie Adler forjaron este riff en Ashes of the Wake, un groove metal con cambios que te sacuden. El álbum vendió más de 500,000 copias en EE.UU. (RIAA) y relanzó la escena post-nu-metal. Randy Blythe contó a Decibel en 2014: “Queríamos algo que sonara a nosotros, no a las tendencias”. En los 2000, este riff probó que el metal aún podía ser crudo y relevante.

“Blood and Thunder” – Mastodon (2004)

Troy Sanders y Brent Hinds abrieron Leviathan con este riff que suena como una ballena cazando en alta mar. El disco alcanzó el número 139 en el Billboard 200 y ganó culto con el tiempo. Brann Dailor dijo a Kerrang! en 2006: “Era nuestro grito de guerra”. En una década de metalcore genérico, “Blood and Thunder” trajo épica y peso al juego.

“The Number of the Beast” – Iron Maiden (1982)

Steve Harris escribió este riff para el disco homónimo, un galope que definió el heavy metal de los 80. Llegó al número 1 en Reino Unido y vendió 14 millones de copias globalmente (EMI). Bruce Dickinson lo resumió en Run to the Hills (2004): “Era simple pero te llevaba a algún lado”. En una era de punk y new wave, este riff levantó la bandera del metal clásico.

Estos riffs no pidieron permiso ni se ajustaron a modas. “Paranoid” lo empezó todo, “Master” aceleró el thrash, “Raining Blood” lo hizo salvaje, “Walk” lo mantuvo vivo, “Chop Suey!” lo torció, “Laid to Rest” lo renovó, “Blood and Thunder” lo expandió y “The Number of the Beast” lo consagró. Son huellas en el cemento del metal, cada una con su década en la mira. ¿Cuál te pone los pelos de punta?

By Yussel Barrera

Jefe de información de Heavy Mextal/ Músico semiretirado de la escena under de Iztapalapa; dejé la guitarra para tomar la pluma y trazar historias en lugar de un solo./ Contacto: [email protected]/ Facebook: https://www.facebook.com/tizzn

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