5 subgéneros del metal que nadie vio venir › Heavy Mextal
dom. Abr 20th, 2025
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El metal es un bicho raro: se retuerce, muta y escupe cosas que ni los más fanáticos esperaban. Mientras algunos se aferran a lo clásico, otros subgéneros surgen de colisiones improbables, accidentes felices o pura cabezonería. Estos cinco no estaban en el radar de nadie hasta que aparecieron, con discos fundacionales y bandas que los llevaron del sótano al escenario. Aquí va la historia de cómo el metal se salió del guion, con hechos que lo respaldan.

Sludge Metal: Pantano y distorsión

A finales de los 80, en Nueva Orleans, el punk y el doom se cruzaron en un bar lleno de humedad y cerveza rancia. El resultado fue el sludge, un sonido viscoso y lento que apestaba a Black Sabbath pasado por un filtro de furia hardcore. Eyehategod marcó el paso con In the Name of Suffering (1990), grabado por 500 dólares y lanzado por Century Media años después. “Era como si el pantano se tragara los amplis”, dijo Jimmy Bower a Decibel en 2018. Nadie pensó que el sur de Luisiana pariría algo tan denso y adictivo.

Folk Metal: Vikingos con flautas

En los 90, mientras el black metal ardía en Noruega, bandas como Skyclad en Inglaterra miraron al pasado pagano y sacaron The Wayward Sons of Mother Earth (1991). Mezclaron thrash con violines y letras sobre mitos celtas. Pero fue en Escandinavia donde explotó: Ensiferum y Finntroll, con Ensiferum (2001), metieron blast beats junto a acordeones y cánticos de taberna. Según Spinefarm Records, el disco vendió 50,000 copias en su primer año. ¿Metal con instrumentos medievales? Nadie lo pidió, pero llegó para quedarse.

Djent: Matemáticas y palm-mute

A mediados de los 2000, Meshuggah llevaba años jugando con polirritmos, pero fue obZen (2008) el que cristalizó el djent. Ese sonido de guitarra grave, sincopado y casi robótico —el famoso “djent” del palm-mute— no tenía nombre hasta que Fredrik Thordendal lo dejó caer en una entrevista con Guitar World (2010): “Solo tocamos lo que nos sale”. El disco llegó al número 59 en el Billboard 200, y de ahí bandas como Periphery lo corrieron. Un subgénero técnico que parecía más ciencia que metal, pero pegó.

Pirate Metal: Ron y cañones

¿Metal sobre piratas? Sonaba a broma hasta que Alestorm lo hizo real. Desde Escocia, su debut Captain Morgan’s Revenge (2008) juntó riffs power metal con teclados de taberna y letras sobre saqueos. Vendió 20,000 copias en su primer año (Napalm Records) y llenó festivales con fans disfrazados de corsarios. Christopher Bowes dijo a Metal Hammer en 2014: “Pensé que nos correrían a patadas, pero la gente se subió al barco”. Nadie esperaba que el metal se pusiera parche y garfio, pero ahí está.

Kawaii Metal: Dulzura brutal

En Japón, Babymetal juntó J-pop con death metal y creó una bomba que explotó con Babymetal (2014). Tres adolescentes cantando sobre chocolate mientras riffs trituradores las respaldaban. El disco llegó al número 4 en la lista Oricon de Japón y vendió 200,000 copias en su primer año (Toy’s Factory). Suzy, una de las vocalistas, dijo a Kerrang! en 2016: “Queríamos algo nuevo, no importaba si lo entendían”. El mundo no lo vio venir, pero llenaron arenas y dividieron al metal entre amor y desconcierto.

By Marco Antonio de Jesús Escobedo Palma

Dir. de SEO de Heavy Mextal/ Periodista con más de 10 años de experiencia, experto en metal y especialista SEO ./ Contacto: [email protected]/ Facebook:https://www.facebook.com/marco.escobedo.52206

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