El año 1986 no fue solo un capítulo más en la historia de la música; fue el año en que el metal se puso su armadura más brillante, desplegando una serie de álbumes que no solo marcaron una época, sino que también se convirtieron en los pilares de lo que hoy conocemos como el metal moderno
Para entender por qué 1986 se alza como un faro en la oscuridad del metal, hay que sumergirse en la cultura y la vibración de aquel tiempo. Los ochenta eran una década de excesos, de experimentación y de una búsqueda incansable por la autenticidad en la música. Este contexto dio lugar a una explosión creativa que no se había visto antes, ni se ha repetido con la misma intensidad desde entonces. Los discos de ese año no solo fueron productos de su tiempo; fueron testamentos de una generación que quería gritar al mundo su descontento y su pasión a través de acordes furiosos y letras cargadas de significado.
Discos
- Metallica – “Master of Puppets”
El primer disco en nuestra lista es “Master of Puppets” de Metallica, un trabajo que no solo expandió el vocabulario musical del thrash metal, sino que también introdujo al mundo a una narrativa más compleja a través de su música. Cada canción es una historia, una crítica social, un viaje emocional que resonaba con la juventud de entonces y sigue resonando hoy. - Megadeth – “Peace Sells… But Who’s Buying?”
Con “Peace Sells… But Who’s Buying?”, Megadeth ofreció un manual de cómo hacer thrash metal con un toque de sarcasmo y una crítica mordaz hacia la política y la sociedad. Este álbum no solo consolidó la reputación de la banda, sino que también abrió nuevas vías para la expresión lírica dentro del género. - Slayer – “Reign in Blood”
“Reign in Blood” de Slayer es un huracán de velocidad y agresividad, un disco que literalmente cambió el ritmo del metal. Su influencia se siente en cada subgénero del metal extremo que emergió después, empujando los límites de lo que se consideraba música metálica. - Kreator – “Pleasure to Kill”
Desde Alemania, Kreator con “Pleasure to Kill” aportó una visión única del thrash metal, combinando la brutalidad con una técnica impecable. Este álbum es un testimonio de cómo el metal puede ser tanto una expresión visceral como una muestra de virtuosismo. - Anthrax – “Among the Living”
“Among the Living” de Anthrax mezcló el thrash con una dosis de humor negro y una energía contagiosa. Este disco no solo es una joya por su música, sino también por cómo conectó con la cultura pop de la época, demostrando la versatilidad y alcance del metal. - Voivod – “Rrröööaaarrr”
Voivod, con su “Rrröööaaarrr”, llevó el thrash a terrenos progresivos y experimentales, creando una atmósfera que hasta entonces era inédita en el género. Este álbum es un puente entre lo conocido y lo desconocido, explorando nuevos sonidos y estructuras. - Destruction – “Eternal Devastation”
“Eternal Devastation” de Destruction es la muestra de cómo el thrash podía ser directo y devastador sin perder la esencia de la melodía. Este álbum es un recordatorio de la fuerza cruda del metal, un sonido que no necesita adornos para impactar. - Overkill – “Taking Over”
Aunque “Taking Over” es un EP, su impacto fue el de un álbum completo. Overkill demostró aquí una madurez musical y una dirección clara hacia lo que se convertiría en su marca distintiva en el thrash metal. - Sepultura – “Schizophrenia”
“Schizophrenia” de Sepultura es un claro ejemplo de cómo el metal puede ser una fuerza global, trayendo influencias de diferentes partes del mundo para crear algo completamente único. Este disco fue un preludio a la revolución que Sepultura provocaría en el metal extremo. - Dark Angel – “Darkness Descends”
Finalmente, “Darkness Descends” de Dark Angel es una obra de arte técnica y agresiva, mostrando cómo el thrash podía ser tanto cerebral como visceral. Este álbum es una clase magistral de cómo estructurar el caos en algo coherente y aún así extremadamente potente.
1986 no fue solo un año para el metal; fue el año que definió una era, creando un legado que sigue siendo estudiado, admirado y emulado. Estos diez discos son solo la punta del iceberg, pero cada uno de ellos es una prueba irrefutable de la genialidad y la pasión que el metal puede desatar.