Las vacaciones son un terreno fértil para descubrir sonidos que no siempre copan los titulares. El metal, con sus recovecos y escenas subterráneas, ofrece joyas que escapan al radar de las listas más transitadas. Este artículo desentierra diez bandas que, sin ser los nombres que todos recitan de memoria, tienen la fuerza y el carácter para darle un giro a tus días libres. Aquí no hay gigantes de estadio ni opciones de manual; solo propuestas frescas para quienes buscan salirse del camino trillado.
1. Voivod
Nacidos en Quebec en 1982, Voivod mezcla thrash con progresivo y un toque sci-fi que los hace únicos. “Dimension Hatröss” (1988) es un disco que suena como un viaje espacial desquiciado, perfecto para una carretera abierta o un atardecer extraño. Su culto creció con el tiempo, respaldado por reseñas en revistas como Kerrang!.
2. Celtic Frost
Desde Suiza, Celtic Frost emergió en 1984 con un sonido que cruza el black metal primitivo con doom. “Monotheist” (2006) es denso y opresivo, ideal para un día nublado o una noche introspectiva. Su impacto en el metal extremo está bien documentado en la biografía Are You Morbid? de Tom Gabriel Fischer.
3. Neurosis
Formados en Oakland en 1985, Neurosis lleva el post-metal a un lugar visceral y expansivo. “Through Silver in Blood” (1996) es una experiencia que pide escucharse entero, como banda sonora de un bosque o un acantilado. Su influencia en bandas modernas es palpable en festivales como Roadburn.
4. Cynic
Cynic, surgidos en Miami en 1987, fusiona death metal técnico con jazz y progresivo. “Focus” (1993) tiene una atmósfera etérea que encaja en una tarde junto al mar o una caminata sin rumbo. Su regreso en 2008 con “Traced in Air” reafirmó su estatus de culto.
5. Emperor
Noruega dio a luz a Emperor en 1991, y su black metal sinfónico sigue resonando. “In the Nightside Eclipse” (1994) combina ferocidad con melodías heladas, perfecto para un paisaje frío o una noche estrellada. Su legado está grabado en la historia del género, según Lords of Chaos de Moynihan y Søderlind.
6. Gojira
Aunque han ganado terreno, los franceses de Gojira (formados en 1996) aún vuelan bajo para muchos. “From Mars to Sirius” (2005) trae grooves pesados y letras sobre la naturaleza, ideales para un viaje costero o una fogata. Su enfoque ecológico suma una capa extra al escucharlos.
7. Meshuggah
Desde Suecia, Meshuggah lleva desde 1987 redefiniendo el metal con ritmos polirrítmicos y disonancia. “Bleed” de obZen (2008) es un mazazo técnico que pide concentración, genial para un día activo o un espacio donde puedas subir el volumen sin molestar a nadie.
8. Katatonia
Katatonia, también suecos y activos desde 1991, pasó del doom-death a un rock oscuro y melancólico. “The Great Cold Distance” (2006) tiene una tristeza envolvente que pega con un atardecer lluvioso o un momento de calma. Su evolución los hace un comodín versátil.
9. Agalloch
Originarios de Portland en 1995, Agalloch mezcla black metal con folk y post-rock. “The Mantle” (2002) evoca bosques y soledad, perfecto para una escapada rural o un paseo nocturno. Su disolución en 2016 no apagó el fervor de sus seguidores.
10. Alcest
Francia trajo a Alcest en 2000, y su “blackgaze” —black metal con shoegaze— es un viaje sensorial. “Souvenirs d’un Autre Monde” (2007) fluye como un sueño, ideal para un amanecer tranquilo o un día sin planes. Neige, su creador, ha moldeado un nicho que sigue creciendo.
Estas bandas no llenan titulares ni encabezan carteles masivos, pero ahí está su fuerza: ofrecen algo crudo, personal y fuera de la órbita mainstream. Si tus vacaciones piden un sonido que no todos conocen, aquí tienes un punto de partida. Conecta los auriculares, busca un rincón y deja que hablen.