¿Por qué seguir comprando vinilos en pleno 2025? › Heavy Mextal
mar. May 13th, 2025

En una era dominada por plataformas de streaming y archivos digitales, el vinilo, un formato que parecía destinado al olvido, ha resurgido con una vitalidad inesperada. En 2024, la Recording Industry Association of America (RIAA) reportó que las ventas de vinilos en Estados Unidos superaron los 43 millones de unidades, representando el 8% de los ingresos totales de la música grabada, un aumento sostenido desde su renacimiento en la década de 2010. Este fenómeno no es mera nostalgia; responde a una confluencia de factores culturales, estéticos y sociales que han revitalizado el interés por los discos de acetato, especialmente entre los fans del metal, un género donde el vinilo nunca dejó de ser un fetiche. Mientras el mundo se sumerge en lo efímero de lo digital, este artículo explora las razones detrás de la persistente fascinación por los vinilos en 2025, desde su conexión táctil hasta su papel en la resistencia cultural.

El ritual físico de poseer un vinilo ofrece algo que el streaming no puede replicar: una experiencia sensorial completa. Desde el crujido inicial de la aguja al posarse en el surco hasta el aroma del cartón viejo al abrir una portada gatefold, el vinilo transforma la escucha en un acto deliberado. En el metal, donde la imaginería es tan crucial como el sonido, las ediciones en vinilo de álbumes como Master of Puppets de Metallica o Altars of Madness de Morbid Angel elevan el arte de portada a un lienzo inmersivo. Las ediciones limitadas, con vinilos de colores o grabados, añaden un valor coleccionable que resuena con los fans que ven en cada disco un trofeo de su devoción. En 2025, sellos como Nuclear Blast y Season of Mist continúan lanzando ediciones especiales que se agotan en preventa, prueba de que el formato sigue siendo un pilar para la comunidad metalera.

Más allá de lo táctil, el vinilo representa una resistencia frente a la desmaterialización de la música. En un mundo donde Spotify y Apple Music priorizan algoritmos sobre curaduría, comprar un disco es un acto de rebeldía contra la homogeneización cultural. Los fans del metal, históricamente desconfiados de las corrientes mainstream, encuentran en el vinilo una forma de apoyar directamente a las bandas y a los sellos independientes. Tiendas como The Sound of Vinyl o locales especializados en ciudades como Ciudad de México y Los Ángeles reportan que los compradores buscan no solo los clásicos de Iron Maiden o Slayer, sino también lanzamientos de bandas emergentes de géneros como el blackgaze o el deathcore. Este acto de compra fomenta una conexión tangible con la música, alejada de la inmediatez desechable del streaming.

El sonido del vinilo, aunque debatido, también juega un papel en su atractivo. Aunque estudios técnicos, como los de la Audio Engineering Society, sugieren que la calidad de audio del vinilo no supera al digital en términos objetivos, muchos audiófilos y fans del metal argumentan que su calidez analógica ofrece una profundidad única. En géneros como el doom o el black metal, donde la atmósfera es esencial, el vinilo puede acentuar la crudeza de la producción, como en De Mysteriis Dom Sathanas de Mayhem, cuya mezcla parece cobrar vida en un tocadiscos. En 2025, el auge de tornamesas asequibles, como las de Audio-Technica, ha democratizado el acceso a esta experiencia, permitiendo que nuevos oyentes descubran el encanto de los surcos.

El vinilo también ha encontrado un lugar en la intersección entre lo físico y lo social. En el metal, donde la comunidad es un pilar, los discos sirven como objetos de intercambio, conversación y orgullo. Eventos como el Record Store Day, que en 2024 incluyó ediciones exclusivas de bandas como Type O Negative y Cannibal Corpse, reúnen a coleccionistas en tiendas y ferias, fortaleciendo lazos entre fans. En plataformas como Discogs, los usuarios no solo compran y venden, sino que debaten sobre prensajes raros, como la primera edición de Reign in Blood de Slayer. Este sentido de pertenencia, amplificado por la materialidad del vinilo, contrarresta el aislamiento que a menudo acompaña al consumo digital.

Por último, el vinilo es un medio para preservar la historia del metal en un formato que desafía la obsolescencia. Mientras los formatos digitales dependen de servidores y suscripciones, un disco bien cuidado puede durar generaciones. En 2025, iniciativas como las reediciones de catálogo de bandas como Death o Emperor aseguran que discos seminales sigan disponibles para nuevos públicos. Para los fans, poseer un vinilo no es solo consumir música, sino custodiar una pieza de la narrativa del género, desde los días de los demos en cinta hasta las producciones modernas. En un mundo acelerado, el vinilo invita a detenerse, a escuchar con intención y a valorar la música como algo más que un archivo en la nube.

By Yussel Barrera

Jefe de información de Heavy Mextal/ Músico semiretirado de la escena under de Iztapalapa; dejé la guitarra para tomar la pluma y trazar historias en lugar de un solo./ Contacto: [email protected]/ Facebook: https://www.facebook.com/tizzn

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