Las autoridades de Berlín, en Alemania, han puesto punto final a las investigaciones que se abrieron contra Till Lindemann, el cantante y líder de la banda de metal industrial Rammstein. El artista había sido señalado por supuestos delitos sexuales y violaciones de la ley de estupefacientes. Sin embargo, la Fiscalía anunció el martes 29 de Agosto que no se procederá con las acusaciones, ya que ninguna de las denunciantes presentó formalmente cargos ante las autoridades.
Los abogados de Lindemann hicieron hincapié en que, a pesar de las alegaciones mediáticas, ninguna mujer respaldó sus denuncias con pruebas concretas ante las autoridades competentes. La Fiscalía respaldó esta posición al alegar que no había pruebas que respaldaran las acusaciones de abusos sexuales. Tampoco se encontraron indicios que corroboraran la idea de que Lindemann utilizaba drogas o sedantes para controlar y abusar de mujeres o que manipulaba situaciones de desequilibrio de poder en relaciones con menores de edad.
Las investigaciones se iniciaron en junio en respuesta a múltiples informes de prensa alemana e internacional que comenzaron a circular. Shelby Lynn, procedente de Irlanda del Norte, fue la primera en dar su testimonio público, acusando a Lindemann de haberla drogado y agredido sexualmente después de el primer concierto de la gira europea de conciertos que se llevó a cabo en la capital lituana, Vilna, el pasado mayo. Si bien otras jóvenes también compartieron hechos similares con los medios, ninguna de ellas formalizó acusaciones ante los fiscales. Según las versiones, las seguidoras en las primeras filas de los conciertos eran captadas en video o fotografía para que Lindemann pudiera hacer su elección y luego ser invitadas a eventos posteriores.
En medio de la creciente presión mediática y pública, Lindemann y sus compañeros de banda se vieron forzados a defenderse con asesoría legal. La Fiscalía de Berlín, actuando por iniciativa propia, decidió iniciar una investigación con base en las sospechas de delito, sin necesidad de una denuncia formal de una víctima. Desde el inicio, el cantante proclamó su inocencia y sus abogados reiteraron en diversas ocasiones que todas las acusaciones eran infundadas, mientras que a la par salían reportajes y notas de medios alemanes usando la información de las denunciantes para afirmar la culpabilidad de Lindemann. Hechos, que con el pasar de los meses resultaron en la solicitud de eliminar dichos artículos de las páginas web de los medios de comunicación que las compartieron.
La Fiscalía evaluó detenidamente los antecedentes y evidencias, llegando a la conclusión de que no había pruebas suficientes de delitos sexuales. Incluso una denuncia relacionada con un presunto abuso a un joven de 15 años no pudo ser respaldada debido a la ausencia de declaraciones por parte del testigo. La investigación contra el director de la gira también fue suspendida por falta de pruebas concluyentes. Dicha investigación se centraba en la acusación de llevar a jóvenes mujeres detrás del escenario durante los conciertos.
El bufete de abogados Schertz Bergmann, que representa a Lindemann, enfatizó en un comunicado que la rápida resolución de la investigación por parte de la Fiscalía de Berlín subraya la falta de pruebas suficientes para respaldar las supuestas acusaciones de delitos sexuales contra su cliente. Además, reiteraron que seguirán presentando acciones civiles contra aquellos que realizaron declaraciones difamatorias contra el artista.