¿Lo sabías? La eterna lucha de James Hetfield de Metallica contra el alcoholismo › Heavy Mextal
dom. Abr 20th, 2025

James Hetfield, el rostro y la voz detrás de Metallica, ha forjado una carrera que trasciende generaciones en el mundo del heavy metal. Sin embargo, más allá de los riffs demoledores y las letras cargadas de furia, su vida ha estado marcada por una batalla personal que pocos conocen en profundidad: su lucha contra el alcoholismo. Este artículo explora los orígenes de su dependencia, los momentos críticos que lo llevaron al borde del abismo y su camino hacia la sobriedad, un relato que combina tragedia, resiliencia y el peso de liderar una de las bandas más influyentes del planeta.

Una infancia marcada por el dolor y la religión

La historia de Hetfield comienza en Downey, California, donde nació el 3 de agosto de 1963. Criado en un hogar adherido a la Ciencia Cristiana, una doctrina que rechaza la intervención médica tradicional, su infancia estuvo definida por reglas estrictas y una fe inflexible. Esta creencia tuvo consecuencias devastadoras cuando su madre, Cynthia, fue diagnosticada con cáncer. Sin tratamiento médico, falleció en 1979, dejando a James, de apenas 15 años, sumido en el duelo. Su padre, Virgil, ya había abandonado a la familia años antes, lo que agravó el sentimiento de soledad en un adolescente que buscaba respuestas en un mundo que parecía desmoronarse.

En entrevistas, Hetfield ha reflexionado sobre cómo estos eventos moldearon su visión de la vida. “Crecí con mucha confusión y enojo”, confesó en una charla para el podcast The Joe Rogan Experience en 2016. La música se convirtió en su refugio, y el heavy metal, con su crudeza y energía, le dio una salida para canalizar emociones que no sabía cómo expresar de otra forma. Sin embargo, junto con la guitarra, llegó otro compañero constante: el alcohol.

Los años salvajes de Metallica: de la diversión al caos

Cuando Metallica irrumpió en la escena del thrash metal en los años 80, el alcohol era más que una bebida; era parte del estilo de vida. Los miembros de la banda, liderados por Hetfield y el baterista Lars Ulrich, vivían noches de excesos que incluían destrozar hoteles, consumir cantidades industriales de licor y desafiar cualquier límite. Los fans lo celebraban, acuñando el apodo “Alcoholica” para el cuarteto. En esa época, Hetfield veía el alcohol como un aliado: lo desinhibía, le permitía subir al escenario con confianza y, según él mismo admitió, “me hacía tocar más rápido”.

El vodka y el Jägermeister se convirtieron en sus elecciones predilectas. Sin embargo, lo que comenzó como una herramienta para alimentar la adrenalina del rock pronto se transformó en una necesidad. En el libro Metallica: Enter Night de Mick Wall, se relata cómo Hetfield llegó a depender del licor para funcionar, una dependencia que lo acompañó durante las giras interminables y las sesiones de grabación. “El Jägermeister casi me mata”, confesó años después en una entrevista para Rolling Stone en 2017, describiendo cómo el abuso le “devoraba las tripas”.

El punto de quiebre: rehabilitación y St. Anger

El año 2001 marcó un antes y un después. Mientras Metallica trabajaba en St. Anger, un álbum que dividiría opiniones entre los fans, Hetfield tocó fondo. Las tensiones internas en la banda, combinadas con su consumo descontrolado, lo llevaron a ingresar a rehabilitación por primera vez. Este proceso quedó inmortalizado en el documental Some Kind of Monster (2004), dirigido por Joe Berlinger y Bruce Sinofsky. La cinta muestra a un Hetfield crudo y expuesto, enfrentándose a sus adicciones mientras intentaba salvar su carrera y su vida personal.

Su esposa, Francesca, de raíces argentinas, fue una pieza clave en este giro. Casados desde 1997, ella lo confrontó con una realidad ineludible: o buscaba ayuda o lo perdería todo. Hetfield pasó siete meses en un centro de rehabilitación, un período que lo obligó a mirar de frente los traumas de su infancia y el vacío que había intentado llenar con alcohol. “Encontré mucha oscuridad ahí dentro”, reveló en el documental, una declaración que resonó con quienes veían al titán del metal como un ser invencible.

Tras salir, mantuvo la sobriedad durante más de una década. Sus tres hijos —Cali, Castor y Marcella— se convirtieron en su ancla. En ese tiempo, Metallica lanzó discos como Death Magnetic (2008) y Hardwired… to Self-Destruct (2016), demostrando que Hetfield podía canalizar su energía en la música sin depender de la botella.

La recaída de 2019 y el renacer

La sobriedad de Hetfield parecía sólida hasta septiembre de 2019, cuando Metallica anunció la cancelación de su gira por Australia y Nueva Zelanda. El motivo: James había vuelto a recaer. Ulrich, Hammett y Trujillo publicaron un comunicado en el sitio oficial de la banda, explicando que Hetfield “ha estado luchando contra la adicción dentro y fuera durante muchos años”. La noticia golpeó a la comunidad metalera, pero también abrió un diálogo sobre la naturaleza crónica del alcoholismo.

Hetfield regresó a rehabilitación y reapareció en 2020, más decidido que nunca a priorizar su salud. En una entrevista de 2023 para el podcast Back from the Dead, describió esta etapa como un “renacer”. “Tuve que aprender a ponerme primero, algo que nunca había hecho”, afirmó. Desde entonces, ha adoptado hábitos como beber mate —un guiño a la influencia de Francesca— para mantenerse enfocado durante las giras.

El eco de su lucha en la música

Las canciones de Metallica ofrecen una ventana a la mente de Hetfield. “The God That Failed”, de The Black Album (1991), es un reproche a la fe de sus padres que lo dejó huérfano. “Bleeding Me”, de Load (1996), habla de un deseo de purgar el dolor interno. Incluso en temas más recientes como “Moth Into Flame” (Hardwired… to Self-Destruct), se percibe una reflexión sobre la autodestrucción y la fama. Hetfield ha dicho en múltiples ocasiones que escribir es su terapia, una forma de procesar lo que las palabras solas no pueden contener.

La lucha de James Hetfield contra el alcoholismo no es solo un capítulo oscuro en su biografía; es una prueba de su humanidad. A sus 61 años, sigue al frente de Metallica, liderando giras mundiales y creando música que resuena con millones. Su historia es un recordatorio de que incluso los gigantes del heavy metal enfrentan batallas internas, y su capacidad para levantarse tras cada caída lo convierte en un símbolo de resistencia.

By Marco Antonio de Jesús Escobedo Palma

Dir. de SEO de Heavy Mextal/ Periodista con más de 10 años de experiencia, experto en metal y especialista SEO ./ Contacto: [email protected]/ Facebook:https://www.facebook.com/marco.escobedo.52206

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