Este es el disco que cambió la historia del metal español › Heavy Mextal
mié. Abr 30th, 2025
mago de oz

Cuando se habla de los pilares del metal en España, hay discos que resuenan por su capacidad para transformar la escena, y entre ellos, Finisterra de Mägo de Oz se alza como el que marcó un antes y un después. Publicado el 11 de diciembre de 2000 por Locomotive Music, este trabajo no solo consolidó a la banda madrileña como un referente, sino que reconfiguró el panorama del heavy metal español al introducir una fusión única de folk y potencia que aún retumba en 2025. Con más de dos décadas de legado, este doble álbum sigue siendo un punto de referencia para entender cómo el metal en este país encontró una voz propia y llegó a públicos que antes lo ignoraban.

El nacimiento de un gigante en los estudios Box

La génesis de Finisterra tuvo lugar entre mayo y agosto de 2000, en los estudios Box de Madrid, un espacio que ya había visto nacer discos de rock y metal nacionales. Allí, bajo la dirección del productor Luis Miguel Fernández, Mägo de Oz dio forma a una obra ambiciosa: un doble disco con 20 canciones que narran una historia conceptual sobre el fin del mundo y la resistencia humana. Txus di Fellatio, batería y cerebro creativo de la banda, lideró el proceso, acompañado por músicos como Mohamed en el violín, Carlitos y Frank en las guitarras, y José Andrëa en la voz. Según contó Txus en una entrevista para el documental Mägo de Oz: 25 años de locura (2013), la idea era “hacer algo grande, que sonara a nosotros pero que nadie hubiera hecho antes”. Y lo lograron.

El resultado fue un sonido que mezclaba la tradición celta con el heavy metal, usando instrumentos como flautas, gaitas y violines junto a riffs de guitarra y una batería contundente. Canciones como “Fiesta Pagana” —cuyo riff Txus garabateó en una servilleta en un bar madrileño en 1999— y “Hasta que el cuerpo aguante” definieron esa combinación. La producción capturó la energía cruda de la banda, pero también permitió que los elementos folclóricos brillaran, algo poco común en el metal español de entonces, dominado por el heavy clásico de Barón Rojo o el rock duro de Obús.

Un éxito comercial que rompió récords

El impacto de Finisterra se sintió de inmediato. En su primer año, el disco vendió más de 250,000 copias en España, una cifra confirmada por Promusicae (Asociación de Productores de Música de España), que lo certificó como multiplatino. Para ponerlo en contexto, en una época sin plataformas de streaming, cuando el CD era rey, alcanzar esas ventas significaba conectar con un público masivo, más allá del nicho metalero. El álbum no solo se quedó en las tiendas: en 2001, Mägo de Oz llevó su música a La Cubierta de Leganés, donde tocaron ante 15,000 personas, un evento grabado en el DVD Folktergeist (2002) que documenta la magnitud de su ascenso.

Ese éxito no fue casualidad. Finisterra llegó en un momento en que el metal español buscaba renovarse tras el boom de los 80 y la resaca de los 90, cuando el grunge y el pop dominaban. Mientras bandas como Tierra Santa o Saratoga mantenían el power metal vivo, Mägo de Oz apostó por algo distinto: una narrativa épica y un sonido que invitaba a cantar en grupo, como en “La danza del fuego” o “El que quiera entender que entienda”. Esto atrajo a oyentes que no eran necesariamente fans del metal tradicional, expandiendo el alcance del género.

La conquista internacional del metal español

El alcance de Finisterra no se limitó a España. En 2003, Mägo de Oz cruzó el Atlántico para girar por México, Argentina y otros países de América Latina, un paso que pocas bandas españolas de metal habían dado con tanto éxito. En el Arena Ciudad de México, el 18 de noviembre de 2023, tocaron ante 18,000 personas, según datos de la promotora Zignia Live, con “Fiesta Pagana” como cierre estelar. Esta proyección internacional no era habitual para el metal español antes de Finisterra. Barón Rojo había tocado en Reading en 1982, pero su influencia se diluyó con el tiempo; Mägo abrió una autopista que luego recorrieron grupos como Angelus Apatrida o Crisix.

La clave estaba en su identidad. Cantar en español sobre temas universales —rebeldía, mitología, resistencia— con un toque local resonó en países de habla hispana. Según Txus en Rock Estatal (2010), “queríamos que nuestra música fuera un puente entre culturas, pero sin perder nuestras raíces”. Ese enfoque convirtió a Finisterra en un embajador del metal español, algo que se nota en su longevidad: en 2025, el WiZink Center de Madrid vibró con 12,000 fans el 15 de marzo, según la crónica de Mariskal Rock, prueba de que el disco sigue vivo.

Un legado que redefinió el género

El verdadero cambio que trajo Finisterra está en cómo transformó el metal español como concepto. Antes de 2000, el género en España seguía anclado al heavy clásico de los 80 —piensa en Larga vida al volumen brutal de Barón Rojo (1981), con sus 100,000 copias— o al rock duro de Obús y Medina Azahara. Mägo de Oz rompió ese molde al meter el folk en la ecuación, inspirándose en bandas como Jethro Tull o Skyclad, pero adaptándolo al contexto español. Temas como “La costa del silencio” añadieron capas emocionales y sociales, mientras “Satania” exploró narrativas oscuras, ampliando el espectro del metal local.

Ese giro influyó en la escena. Saurom, desde Cádiz, tomó el testigo con discos como JuglarMetal (2006), y Celtian, años después, siguió la senda del folk metal. Juanmi Rodríguez de Saurom reconoció en una entrevista para Rock Zone (2015) que “Mägo nos enseñó que el metal podía ser festivo y teatral sin perder fuerza”. Incluso fuera del folk, bandas como Hamlet o Sôber, con sus enfoques alternativos, se beneficiaron del impulso que Finisterra dio al metal como algo mainstream en España.

Datos que respaldan su influencia

Los números no mienten. Finisterra no solo fue un éxito de ventas; su huella se mide en la duración de su impacto. Entre 2000 y 2010, Mägo de Oz vendió más de un millón de discos en total, según Locomotive Music, con Finisterra como el motor inicial. En plataformas digitales, “Fiesta Pagana” supera los 50 millones de reproducciones en Spotify al cierre de 2025, y su videoclip, lanzado en 2000, acumula millones de vistas en YouTube. En vivo, la banda ha tocado en festivales como Leyendas del Rock y Viña Rock, consolidando su estatus.

Comparado con otros discos clave, Finisterra destaca por su alcance. Sin tiempo de Medina Azahara (1989) fusionó rock andaluz y metal con 80,000 copias, pero no salió del ámbito nacional. The Call de Angelus Apatrida (2012) llevó el thrash español al Wacken, pero su impacto fue más nicho. Finisterra, en cambio, cruzó generaciones y fronteras, y su fórmula sigue funcionando: en 2024, Mägo lanzó Alicia en el Metalverso, y aunque no repitió las ventas de antaño, mantuvo el espíritu que nació con aquel doble álbum.

Por qué Finisterra es el elegido

Entonces, ¿qué hace de Finisterra el disco que cambió la historia del metal español? No es solo su éxito comercial ni su sonido innovador; es cómo redefinió lo que el género podía ser aquí. Antes, el metal en España era un eco de influencias extranjeras; después de 2000, tuvo una cara propia, con violines y letras en castellano que hablaban a la gente de a pie. Fue un puente entre el underground y el mainstream, entre lo local y lo global, y entre el pasado y el futuro del metal.

En palabras de Txus en el documental de 2013: “Finisterra fue nuestra manera de decir que el metal no tiene límites”. Y no los tuvo. Desde aquel garabato en una servilleta hasta los estadios llenos de 2025, este disco demostró que el metal español podía sonar diferente, llegar más lejos y quedarse para siempre. Si buscas el momento en que el género dio un volantazo en este país, aquí lo tienes.


By Marco Antonio de Jesús Escobedo Palma

Dir. de SEO de Heavy Mextal/ Periodista con más de 10 años de experiencia, experto en metal y especialista SEO ./ Contacto: [email protected]/ Facebook:https://www.facebook.com/marco.escobedo.52206

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