viernes, septiembre 26, 2025
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    La “venganza de Moctezuma” no pudo con GHOST: Así fue su primer ritual en México (Crónica y fotos)

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    El aire en el Palacio de los Deportes vibraba con una mezcla de ansiedad y esperanza la noche del 24 de septiembre. Ghost, la banda sueca liderada por Tobias Forge, había dejado a miles de fans con el corazón roto la víspera, cuando una infección estomacal del vocalista obligó a cancelar el primer concierto programado. Pero esta vez, la promesa de un “ritual” inolvidable se cumplió, y la Ciudad de México fue testigo de una noche que quedará marcada en la memoria de los asistentes por mucho tiempo.

    El equipo de Heavy Mextal estuvo desde el 23 en los alrededores del “Domo de Hierro”, donde vimos a los fans pasar de la euforia al borde del llanto tras la cancelación. “Llevé meses ahorrando para esto, no puede ser”, decía Karla, una joven de 23 años con el rostro maquillado como un Nameless Ghoul, mientras abrazaba a su amiga en la fila. Otros, más optimistas, buscaban boletos de reventa para las fechas restantes, aferrándose a la esperanza de ver a su banda favorita. La incertidumbre marcó la espera, pero el 24 todo cambió.

    Al llegar al Palacio, el ambiente era una extraña danza de nervios y fe. Los fans, muchos con camisetas negras estampadas con el “grucifix” de Ghost, intercambiaban miradas de complicidad mientras entregaban sus celulares en bolsas selladas, las llamadaas Yondr que Ghost implementa para impedir el uso de dispositivos móviles. Sin teléfonos, la conexión con el momento prometía ser total. “Es como si nos obligaran a vivir el concierto de verdad”, comentó Diego, un fan de 30 años que asistía a su primer ritual. Ya dentro del recinto, con pantallas que recordaban que el uso del teléfonos estaba estrictamente prohíbido, la expectativa era total y aumentaba conforme avanzaban los minutos. De fondo, cerca de la hora pactada, de pronto comenzó a sonar una selección de música sacra que contrastaba con el murmullo ansioso de la multitud, mientras el humo comenzaba a envolver el área general como un velo místico.

    A las nueve en punto, las luces se apagaron. El rugido del público estalló con un “¡Sí se pudo!” que resonó como un himno de victoria. Las primeras notas de Peacefield irrumpieron, y el telón negro cayó para revelar un escenario monumental: una cruz invertida con la “G” de Ghost (grucifix) brillaba como un faro en la penumbra, rodeada de tarimas decoradas con calaveras y vitrales digitales que parecían sacados de una catedral gótica. Entonces, Tobias Forge, en su papel de Papa V Perpetua, emergió, flanqueado por ocho Nameless Ghouls que tocaban con una precisión quirúrgica.

    La puesta en escena fue un espectáculo en sí misma. Cada canción venía acompañada de un juego de luces que pintaba el escenario de rojos, azules y dorados, mientras el humo danzaba al ritmo de los acordes. En Lachryma, los fans coreaban con las manos en alto, como si respondieran a un llamado sagrado. Majesty hizo temblar las gradas, con Papa V en lo más alto de una tarima y vestido con su traje ceremonial. La sinergia entre la banda y el público era palpable; no había pantallas de celulares interrumpiendo, solo miles de voces unidas. “Sentí que estaba en una misa, pero una donde todos éramos parte del ritual”, dijo al final del concierto Ana, una fan de 27 años, con una sonrisa que no podía contener.

    Forge, visiblemente recuperado, se dirigió al público para ofrecer una peculiar disculpa sobre la cancelación de un día antes. “Soy solo un gringo que viene con su ejército, pidiendo demasiado… así que no es de extrañar que me haya golpeado la maldición de Moctezuma”, haciendo referencia a esa “venganza” que suele causar en los extranjeros la comida mexicana, lo cual generó risas y nuevamente el canto de “Sí se pudo” retumbó en el recinto.

    El concierto avanzó como una liturgia bien ensayada. En Cirice, los vitrales digitales mostraron mosaicos de iglesias antiguas que se fracturaban al ritmo de la música, para luego reconstruirse en He Is con una imagen surrealista de un Jesucristo con corbata que, al final, despegaba como un cohete. Los fans, hipnotizados, alternaban entre gritos y silencios reverentes.

    Un momento curioso llegó cuando un murciélago cruzó el Palacio de los Deportes, desatando risas y susurros. “¡Es Ozzy!”, gritó alguien desde las gradas, en referencia al legendario Ozzy Osbourne, fallecido meses atrás. La coincidencia no pasó desapercibida: semanas antes, Forge había asistido al último concierto del ícono del metal. Los fans lo tomaron como un guiño del destino, un espíritu rondando la misa negra.

    Los “Ghosties”, como se conoce a los seguidores más devotos, dieron un toque especial al evento. Muchos llegaron caracterizados como Papa Emeritus o Nameless Ghouls, compartiendo pulseras luminosas, stickers y hasta paletas con desconocidos, un guiño para hacrete sentir bienvenido a un evento que significa muchísimo para ellos. “Esto es más que un concierto, es una comunidad”, dijo Mariana, una fan disfrazada de monja satánica, mientras ofrecía un brazalete brillante a un niño que la miraba con asombro. Esa camaradería se sintió en cada coro, en cada salto, en cada mano alzada haciendo cuernos.

    Para “Mummy Dust” hubo billetes falsos de 666 dólares cayendo desde lo alto, estampados con la cara de Forge. “¡Gracias a Kevin Jesús por hacernos ricos!”, exclamó el vocalista, mientras un asistente esparcía más billetes con una sopladora, desatando risas y cánticos de “Thank you Jesus”. “Gracias a ustedes estamos aquí. Sin ustedes sólo nos veríamos como idiotas tocando sin público”; recordando su paso por México desde aquella primera visita cuando abrió para Iron Maiden y Slayer, hasta este concierto que fue un lleno total. Hacia el final, Monstrance Clock envolvió al Palacio con su coro hipnótico: “Come together as one”. Una frase que ejempifica el aura del concierto, una invitación a fundirse en el momento, y los fans obedecieron, cantando hasta desgarrar la garganta. Pero el clímax llegó con el encore. Forge regresó al escenario preguntando: “¿Quieren una más? Tienen suerte porque tenemos unas cuantas canciones listas”. El rugido fue ensordecedor. Mary on a Cross, Dance Macabre y Square Hammer cerraron la noche. Con esto la banda se despidió y las Ghoulettes salieron con sombreros charros para hacer la tradicional reverencia, dejando a Forge solo en el escenarios frente al público para que nuevamente agradeciera a su poderosa legión, la cual salió con una gran sonrisa mientras les quitaban la funda especial y pudieran usar de nuevo su celular

    Sin teléfonos grabando, el concierto de Ghost fue una experiencia pura, un ritual que obligó a todos a vivir el momento. La noche del 24 de septiembre, México no solo celebró la recuperación de Tobias Forge, sino la magia de una banda que transforma un concierto en una ceremonia inolvidable. “Fue como estar en otro mundo”, resumió Karla, una de tantas fans con el rostro maquillado. El “¡Sí se pudo!” volverá a resonar esta noche cuando Ghost ofrezca un nuevo ritual.

    Agradecemos a Ocesa por las facilidades para la cobertura de GHOST en México.

    GALERÍA DE FOTOS DE GHOST EN MÉXICO 2025

    Tomadas por Yussel Barrera y Johanna Malcher

    Yussel Barrera
    Jefe de información de Heavy Mextal/ Músico semiretirado de la escena under de Iztapalapa; dejé la guitarra para tomar la pluma y trazar historias en lugar de un solo./ Contacto: [email protected]/ Facebook: https://www.facebook.com/tizzn

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