Si buscas el sonido puro, crudo y desenfrenado de la New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM), no hay mejor lugar para empezar que con Raven. Originarios de Newcastle, Inglaterra, y liderados por los hermanos Gallagher (Mark a la guitarra y John al bajo y la voz), esta banda se ganó el apodo de “Athletic Rock” por su energía maníaca en el escenario y su ejecución vertiginosa. Raven no solo formó parte de la NWOBHM, sino que ayudó a crear el sonido del speed metal con su agresividad. Si quieres una dosis de metal acelerado y sin concesiones, esta guía te llevará por la discografía de estos maestros de la velocidad.
La era del “athletic rock”: velocidad y furia inicial
Para entender la esencia de Raven, debes ir a sus primeros tres álbumes, la trilogía que definió el speed metal británico.
El debut, “Rock Until You Drop” (1981), es un asalto directo. Captura la energía cruda de la banda en vivo. La canción titular “Rock Until You Drop” y “Hell Patrol” son un manifiesto de su actitud punk fusionada con riffs complejos. Es el punto de partida para los que aprecian la energía más básica y vibrante de la NWOBHM.
Inmediatamente después llega “Wiped Out” (1982), donde la banda subió el tempo y la agresividad. Este álbum es una joya indispensable del speed metal. La pista “Wiped Out” y “Faster Than the Speed of Light” son una locura de riffs y una batería implacable, mostrando la capacidad de los Gallagher para crear caos organizado.
La trilogía culmina con “All for One” (1983). Producido por Michael Wagener, este disco mejoró la calidad del sonido sin sacrificar un ápice de ferocidad. Canciones como “Break the Chain” y “Sledgehammer Rock” demostraron que podían mantener la velocidad con una composición más pulida.
La incursión americana: la búsqueda de un sonido más pulido
Tras el éxito underground en Europa, la banda firmó con un sello importante en Estados Unidos, lo que influyó en su sonido. Álbumes como “Stay Hard” (1985) mostraron una producción más grande y una inclinación hacia estribillos más comerciales, sin perder la esencia. La canción “Hard Action” es un ejemplo de este hard rock melódico pero potente.
El legado inquebrantable: la vigencia del heavy metal
A pesar de los cambios en la industria, Raven nunca ha dejado de tocar con la misma energía juvenil. Su legado reciente es un testimonio de su dedicación al metal puro.
Su álbum “ExtermiNation” (2015) probó que la fórmula sigue funcionando, con riffs afilados y la voz de John Gallagher tan salvaje como siempre en temas como “Fight or Die”. Más recientemente, “Metal City” (2020) es un poderoso regreso a sus raíces, reafirmando que el “athletic rock” todavía tiene mucho que decir con cortes como “The Power”.
Escuchar a Raven es sumergirse en la historia del metal; es el sonido del cambio, la velocidad que inspiró a muchas bandas de thrash metal. Si su música te hace sentir que tienes que “correr hasta caer” (“Rock Until You Drop”), sabes que estás en el camino correcto.
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