Durante los años 80, el glam metal dominó las listas de éxitos, los escenarios y las portadas de revistas. Con su mezcla de riffs potentes, melodías pegajosas y una estética extravagante, bandas como Mötley Crüe, Poison, Ratt y Twisted Sister se convirtieron en íconos de una generación. Sin embargo, con la llegada del grunge en los 90 y el cambio de actitud en la industria musical, el glam metal fue relegado al olvido por muchos. ¿Está realmente infravalorado?
Más que maquillaje y fiesta
El glam metal fue mucho más que peinados altos y pantalones ajustados. Detrás de la imagen provocadora había músicos talentosos que sabían cómo construir himnos inolvidables. Canciones como “Kickstart My Heart” de Mötley Crüe, “Talk Dirty to Me” de Poison y “Round and Round” de Ratt siguen siendo referentes de energía y actitud. Álbumes como “Shout at the Devil”, “Look What the Cat Dragged In” y “Stay Hungry” marcaron una época de oro para el metal comercial.
El prejuicio de la crítica
Una de las razones por las que el glam metal ha sido subestimado es el prejuicio de la crítica musical. Se le acusó de superficialidad, de falta de profundidad lírica y de ser una moda pasajera. Pero lo cierto es que el género conectó con millones de personas que encontraban en sus canciones una vía de escape, celebración y rebeldía. Además, muchas de estas bandas fueron pioneras en la producción visual de sus shows, en el marketing musical y en la creación de una cultura que sigue viva en festivales y giras nostálgicas.
Legado y vigencia
Hoy, el glam metal vive una segunda juventud. Bandas clásicas siguen girando con éxito, mientras nuevas agrupaciones retoman su sonido y estética. El revival del hard rock melódico y la nostalgia por los 80 han revalorizado discos que antes eran ignorados. Incluso artistas de géneros distintos han reconocido la influencia del glam en su música y estilo.
Conclusión: brillo que nunca se apagó
El glam metal no está muerto, ni olvidado. Está infravalorado por quienes no han entendido su impacto cultural, su poder emocional y su contribución al desarrollo del metal como espectáculo. Detrás del maquillaje hay riffs que siguen rugiendo, coros que siguen emocionando y una actitud que nunca se rindió. El glam metal merece respeto, porque su brillo nunca se apagó.
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