vie. Jul 26th, 2024

El festival Hell and Heaven es uno de los eventos más esperados por los amantes del rock y metal en México y Latinoamérica. Cada año, reúne a las mejores bandas del género, tanto nacionales como internacionales, este año encabezadas por Muse, Guns N´Roses y Slipknot, en un escenario que se convierte en un paraíso para los fans. Sin embargo, para llegar al Hell and Heaven, primero hay que pasar por el Valle de los Muertos, un camino que es custodiado por Cemican, una de las bandas de metal mexicano más importantes de los últimos años.

Cemican es una banda que fusiona el metal con la música y la cultura prehispánica, creando una propuesta original e innovadora que rescata y difunde el legado de las civilizaciones antiguas de México. Su nombre significa “la dualidad de la vida y la muerte” en náhuatl, una lengua hablada por unos dos millones de personas en el centro de México. Sus canciones están escritas en español y náhuatl, y sus presentaciones incluyen danzas, rituales y sacrificios humanos inspirados en las tradiciones de los pueblos indígenas.

Cemican ha participado en varios festivales nacionales e internacionales, como el Hell and Heaven Fest, el Force Fest, el Wacken Open Air, el Resurrection Fest, entre otros.

La cita del ritual fue el pasado 7 de octubre en el HDX Circus, como parte del Road to Hell, la serie de activaciones rumbo al festival que se llevará a cabo los próximos 3, 4 y 5 de noviembre en el Foro Pegaso de Toluca. Antes de que Cemican comenzara con su metal prehispánico pasaron por el escenario Killbane, Venemous, Falkor y Asedio, quienes prepararon al público para el “Ritual de los Muertos” de Cemican.

El concierto de Cemican fue una experiencia única e inolvidable, que transportó a los asistentes a un mundo de magia, misticismo y metal. Lo primero que llamó la atención fue el vestuario y el maquillaje de los integrantes de la banda, que se inspiraron en los guerreros, sacerdotes y dioses de las culturas prehispánicas. Cada uno tenía un diseño diferente y original, que reflejaba su personalidad y su papel en el grupo.

Luego, el escenario se llenó de instrumentos autóctonos, que crearon una atmósfera ancestral y envolvente. Estos instrumentos se combinaron con las guitarras, el bajo y la batería, que aportaron la potencia y la energía del metal. Después, empezó el show con una introducción que invocó a los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire. Los músicos tocaron sus instrumentos mientras realizaban danzas y rituales que representaban el equilibrio y la armonía de la naturaleza.

A continuación, la banda interpretó sus canciones, que estaban escritas en español y náhuatl, y que hablaban de las mitologías, las historias y las creencias de los pueblos prehispánicos. Algunas de sus canciones más conocidas fueron Guerreros de Cemican, La que baja de las estrellas, Mixteco y Tzitzimime.

Durante el concierto, también hubo momentos de interacción con el público, que coreó, saltó y aplaudió al ritmo de la música. La banda agradeció el apoyo y el cariño de los fans, y los invitó a sentirse orgullosos de su identidad mexicana y de su herencia ancestral.

Finalmente, el concierto terminó con un acto sorprendente: el sacrificio humano. Uno de los integrantes de una de las bandas que se presentaron esa noche se ofreció voluntariamente como ofrenda a los dioses de la noche, y fue llevado al centro del escenario, donde fue simuladamente degollado por otro integrante vestido como un sacerdote. La sangre falsa salpicó al público, que quedó impactado y emocionado por el espectáculo.

By Braulio Carbajal

CEO-Editor de Heavy Mextal/ Periodista de economía, pero con alma de metal. "If there's a new way, i'll be the first in line..."/ Contacto: [email protected] o [email protected]/ Facebook: https://www.facebook.com/braulio.carbajalbucio

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