El metal tiene un lado que va más allá del ruido y las camisetas negras: es un terreno donde las ideas se tuercen, se estiran y se funden en algo que no siempre encaja en moldes fáciles. Para quienes piensan con las manos, los ojos o los oídos bien abiertos, ciertas bandas son como herramientas vivas, ofreciendo texturas, historias y giros que prenden la chispa de lo nuevo. Este artículo junta cinco nombres que no solo golpean fuerte, sino que abren caminos para mentes inquietas. Sin rodeos ni adornos vacíos, aquí va una selección basada en hechos, con raíces en lo que estas bandas han hecho y siguen haciendo.
1. Tool: Estructuras que piensan solas
Tool convierte el metal en un rompecabezas geométrico. Desde Ænima (1996) hasta Fear Inoculum (2019), sus canciones son bloques de sonido que mezclan riffs densos con ritmos que parecen desafiar la gravedad. Danny Carey, el baterista, juega con compases torcidos —como el 7/8 en “Forty Six & 2”— mientras Adam Jones rasga la guitarra como si trazara líneas en un lienzo oscuro. Las letras de Maynard James Keenan, llenas de guiños a Jung y a la alquimia, son un anzuelo para quien quiera desentrañarlas. Sus videos, como “Parabola” (2001), dirigido por Jones, son cápsulas visuales que no explican nada y por eso invitan a imaginar. Si creas algo, Tool te da un empujón para salirte del renglón.
2. Opeth: El arte de coser lo roto
Opeth no toca metal; lo escribe como si fuera una novela gótica. Los suecos, guiados por Mikael Åkerfeldt, han saltado del death metal crudo de Morningrise (1996) a piezas progresivas como “Blackwater Park” (2001), donde los growls se cruzan con arpegios acústicos. Åkerfeldt, fan declarado de Jethro Tull y King Crimson, ha dicho en charlas como la de Prog Magazine en 2020 que busca evitar el piloto automático. Su disco Heritage (2011) tira el guion del metal por la ventana y abraza el jazz y el folk. Para alguien que diseña o escribe, Opeth es un taller de cómo juntar piezas que no deberían encajar.
3. Mastodon: Relatos que pesan toneladas
Mastodon hace discos que parecen guiones de películas que nadie filmó. Crack the Skye (2009), por ejemplo, sigue a un alma perdida que viaja por el cosmos y Rusia zarista, todo envuelto en riffs gordos y baterías que suenan a avalancha. Brann Dailor, quien toca y escribe, explicó en una entrevista para Kerrang! en 2014 que sus ideas nacen de sueños o libros que lo sacuden. “The Czar” es una pista que te lleva de la mano por un cuento extraño, con cambios que podrían inspirar un storyboard o una poesía sucia. Si buscas un disparador narrativo, Mastodon te lo sirve en bandeja.
4. Devin Townsend Project: Un cerebro suelto con amplificador
Devin Townsend no sigue reglas; las inventa y las quema. Su proyecto, que va de Ocean Machine (1997) a Lightwork (2022), es un revoltijo de metal pesado, armonías espaciales y locuras como un alien cafetero en Ziltoid. Townsend graba solo la mayor parte, apilando pistas hasta que el caos cobra sentido. En una conversación para The Guardian en 2020, dijo que su cabeza es un “zoológico de ideas” y que la música es su manera de ordenarlo. “Grace” o “Supercrush!” son avalanchas sónicas que te sacan del asiento y te hacen preguntar cómo llegó ahí. Para quien pinta, compone o arma cosas raras, Devin es un espejo de la libertad total.
5. Between the Buried and Me: Un lienzo que grita
Between the Buried and Me (BTBAM) es un experimento que no pide permiso. Su disco The Parallax II: Future Sequence (2012) es una ópera metal de 72 minutos que salta de blast beats a teclados jazzeros y coros teatrales. Tommy Rogers y Paul Waggoner lideran esta máquina que mezcla mathcore con progresivo, como en “Astral Body”, donde cada sección parece un capítulo distinto. En una entrevista para Decibel en 2018, Rogers mencionó que su meta es “hacer música que se sienta como una montaña rusa”. Para una mente creativa, BTBAM es un plano arquitectónico que no respeta las leyes físicas: perfecto para romper tus propios límites.
Estas cinco bandas no son solo ruido; son espacios donde las ideas respiran y se retan. Si el metal te parecía solo furia, aquí tienes pruebas de que también puede ser un taller abierto. ¿Cuál vas a explorar primero?