Para cualquier mercadólogo de una banda de metal, la simple idea de lanzar un nuevo álbum el mismo día en que Metallica presenta el suyo, parecería un suicidio comercial, menos para el de Overkill.
El pasado 14 de abril, justo cuando los de San Francisco presentaban su esperado “72 Seasons”, los comandados por Bobby “Blitz” Ellsworth lanzaron “Scorched” bajo el sello Nuclear Blast.
La interrogante es si se trató de audacia o de una decisión fríamente calculada.
Pareciera que la respuesta es la segunda opción, pues mientras Metallica presentaba la serie de sencillos que formarían parte del disco, la crítica se centraba en la incapacidad de sus miembros, justificada en la edad, por tocar con fiereza.
Qué mejor que una banda contemporánea (o hasta un poco más vieja) como Overkill demostrando que la edad no importa para retomar la vieja brutalidad del thrash metal, pero al mismo tiempo inyectar frescura.
Y es que los de Nueva Jersey, Estados Unidos, llevan más de una década, desde el “Ironbound” de 2010 sonando plenamente renovados y afilados. Sí bien está lejos de sus primeras glorias, es una época más que digna en sus 43 años de carrera.
Vieja guardia
Scorched, el álbum número 20 de la legendaria banda de thrash metal es un verdadero regalo para los amantes del género. Con 10 poderosas canciones y una portada clásica que muestra a la icónica mascota de la banda, este álbum no tiene tapujos ni compromisos: es trash metal puro que directo al punto: hacerte mover la cabeza.
La calidad de grabación y producción es excelente, y la ejecución de cada uno de los músicos es impresionante. Overkill se mantiene fiel a su sonido característico en este álbum, sin tratar de cambiar o revolucionar las bases del género. Y esto es algo que sus fans sin duda apreciarán.
El álbum abre con la canción que lleva su nombre, Scorched, que presenta lo que será todo el contenido: riffs de guitarra y la voz distintiva de Bobby. Esta canción, al igual que todo el disco, funciona como una maquinaria perfecta, dando inicio a un álbum lleno de energía y brutalidad.
A diferencia de otros álbumes de thrash metal, Scorched ofrece solos de guitarra excepcionales que muestran la habilidad técnica de la banda y su capacidad para crear melodías poderosas. Las letras del álbum son amenazantes y contundentes, en línea con el estilo de Overkill.
No hay que confundirnos, “Scorched” está lejos de ser uno de los mejores álbumes de Overkill, incluso suena parecido a tantos otros, pero es una bocanada de aire puro y muestra de un compromiso con su sonido característico.