El rugir de las guitarras afiladas como cuchillas, la contundencia de los tambores golpeando como demonios en el inframundo, y los guturales aterradores emergieron de la oscuridad en la Ciudad de México en una noche de sábado memorable en el HDX Circus Bar. Los seguidores del metal extremo habíamos esperado ansiosamente la llegada de Akhlys, una banda de black metal originaria de Colorado, Estados Unidos, que en 2020 con su álbum “Melinoë” nos condujo por un descenso infernal al mundo de las pesadillas.
Desde el momento en que Akhlys tomó el escenario, quedó claro que ésta no sería una presentación convencional. Ataviados con máscaras siniestras, Naas Alcamethy y compañía proyectaron un aura de misterio y malicia. Bajo esas grotescas caretas que perecen cubrir la identidad de unas entidades oscuras carentes de alma, simplemente se entregaron a la música sin mirar al público a los ojos ni emitir una sola palabra para interactuar con el mismo. Su misantropía y odio hacia el mundo se hicieron patentes en cada acorde que rasgaban, y esa aversión se transformó en una energía cautivadora que envolvió al público.
El álbum “Mellinoe” fue el epicentro de esta pesadilla musical. La banda no perdió el tiempo y comenzó con su repertorio, una combinación de canciones que desató una tormenta sónica despiadada. La atmosfera se volvió densa y opresiva, como si estuviera sumergida en un abismo de oscuridad. Los riffs hipnóticos pero filosos se combinaban con la batería a un ritmo feroz y trepidante, al tiempo que los guturales penetraban en el subconsciente y resonaban como voces demoniacas provenientes del inframundo.
Akhlys se presentó el pasado 15 de julio en el HDX Circus Bar de la Ciudad de México.
Desde Pnigalion hasta Consummation Akhlys tocó cada nota con autenticidad y furia, transmitiendo la demoledora fuerza emocional que hay detrás de su música, conforme el show avanzaba cada miembro parecía estar poseído por su arte. Era evidente que estábamos ante una de las mejores bandas de black metal de la actualidad. El público olió la sangre desde el primer momento y respondió liberando toda su energía en una serie de moshpits caóticos y viscerales.
El tiempo pareció detenerse durante esta noche de pesadillas en un recinto lleno que hasta pareciera que quedó corto en capacidad. La música de Akhlys sumió a todos en un estado de trance, donde los límites entre la realidad y el mundo oscuro que habitan las pesadillas se difuminaban dejando a la mente expuesta. Era como estar atrapado en un cuadro macabro; sin embargo, nadie quería escapar de esa experiencia visceral.
Cuando las últimas notas resonaron, las baquetas fueron arrojadas al público y las máscaras desaparecieron entre las sombras, los presentes quedamos exhaustos pero llenos de vida y energía.
La presentación de Akhlys fue más que un simple concierto de black metal. Fue una experiencia que trascendió lo musical, sumergiendo a los asistentes en un viaje a través de la oscuridad y los miedos más profundos del ser humano. La potencia y violencia de su sonido quedaron grabadas en las almas de los presentes.
El poder mexicano se hizo presente
Antes de que Akhlys se robara el protagonismo con su impresionante actuación, el poderío de México se hizo sentir en el escenario, donde dos bandas nacionales encendieron la noche con un poderoso arsenal musical.
Non Vitam Existence hizo temblar los cimientos con su enérgico black metal, tocando temas que abordaron la muerte, el odio, la misantropía y la introspección. Su presentación dejó en claro que la escena metalera mexicana merece atención y respeto.
Luego, Repvblica tomó el escenario y con un setlist impresionante, abarcando desde thrash metal hasta hardcore, pasando por groove metal, black metal, nu metal e incluso metalcore, demostró una versatilidad que los colocó a la altura del desafío de preparar el terreno para Akhlys.
Ambas bandas elevaron el nombre del metal mexicano, pero la demoledora actuación de los músicos de Colorado nos dejó claro que nuestra escena aún tiene camino por recorrer para competir en las grandes ligas.
Non Vitam Existence fue la primera en salir al escenario.
El poder de Repvblica no pasó inadvertido en el HDX Circus Bar.
Fotos por: Johanna Malcher
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