Braulio Carbajal y Yussel Barrera
La noche del pasado sábado 14 de octubre, el Gato Calavera de la Ciudad de México se convirtió en un templo del metal extremo, donde la banda griega Yoth Iria, formada por dos ex miembros de Rotting Christ, ofreció un concierto memorable como parte de una gira por el país organizada por Serpent Tongue Productions.
Yoth Iria es el nombre del ángel/demonio que acompaña desde niño a Dimitris Patsouris «Jim Mutilator», bajista y fundador de la legendaria banda Rotting Christ, de la que se separó a mediados de los 90 junto con el guitarrista y vocalista George Zacharopoulos «The Magus«. Ambos músicos decidieron retomar su carrera en 2019 con este nuevo proyecto, que mantiene la esencia del black metal griego, pero con un toque más personal y épico.
El concierto comenzó a las 7 de la noche con la actuación de Eretz Nod, una banda local que mezcla black metal con death metal, y que demostró su potencia y brutalidad ante un público entusiasta. A continuación, subieron al escenario Maleficarum, una banda originaria de Puebla que se formó en los 90 y que regresó en 2019 con un estilo de black metal crudo y atmosférico. Los poblanos lograron crear un ambiente sombrío y envolvente que abrió el camino a la furia de Askke, proveniente de la Ciudad de México, que practica un black metal furioso y misántropo. Los capitalinos no dieron tregua al público con temas como“No Humans”, que vendrá en su próximo álbum que saldrá bajo las alas negras de Azermedoth Records. La última banda antes de los griegos fue Necroneutron, que fusiona black metal con thrash, creando un sonido agresivo y veloz.








Finalmente, pasadas las 11 de la noche llegó el momento más esperado: la aparición de Yoth Iria. La banda griega salió al escenario con una intro atmosférica que dio paso al tema que da título a su EP debut: “Under His Sway”. El público se volvió loco al ver a “Jim Mutilator” y “The Magus” en acción. La banda continuó con “Yoth Iria”, el primer corte de su álbum “As The Flame Withers”, lanzado en 2021. El tema es una oda al ángel/demonio que inspira a Mutilator, y que tiene un riff pegadizo y una melodía épica.
La banda siguió con “Hermetic Code” y “The Red Crown Turns Black”, otros dos temas de su álbum debut, que muestran la influencia del black metal griego clásico, pero con un sonido más actualizado y personal. The Magus se encargó de cantar e interactuar con el público, demostrando su carisma y simpatía, e incluso subiéndose a la barrera de protección que dividía a la banda y asistentes. El vocalista agradeció al público mexicano por su caluroso recibimiento y dijo que se sentían como en casa.
La banda prosiguió con “Unborn Undead Eternal” y otros temas tanto del EP como del álbum, alternando momentos de velocidad y agresividad con otros más melódicos y atmosféricos. La música de Yoth Iria tiene una fuerte carga emocional y espiritual, que se refleja en las letras y en la actitud de los músicos.
En la recta final del concierto, la banda sorprendió al público con un tema nuevo llamado “Morning of 1000 Gods”, que formará parte de su próximo álbum. El tema tiene un aire oriental y místico, y fue muy bien recibido por los asistentes. La siguiente canción fue “The Great Hunter”, otro tema de su álbum debut, que tiene un ritmo frenético y una letra que habla de la caza como una forma de vida.
En tanto, la segunda sorpresa de la noche llegó cuando la banda tocó un tema clásico de la época de “Mutilator” y “The Magus” en Rotting Christ: Non Serviam. Esta canción es un himno del black metal griego, y significa “No serviré”, en referencia a la rebelión de Lucifer contra Dios y que a nosotros siempre nos recuerda el jamás ir contra nuestras convicciones.
La última canción del concierto fue “Sid Ed Djinn”, otro tema de su EP debut, que tiene un riff hipnótico y una letra que habla de los genios del desierto. La banda se despidió del público con una ovación, y “The Magus dejó una frase para el recuerdo”: “Para morir, primero hay que vivir”. Yoth Iria demostró que tiene vida propia, y que es una de las bandas más interesantes del metal extremo actual. Los dioses griegos conquistaron México con su música y su carisma.