El Tlahuicole Destructor Metal Fest nació de la mente de un grupo de amigos amantes del metal que querían poner a Tlaxcala en el mapa metalero, en su primera edición dio de que hablar con bandas como Strike Master y Majestic Downfall. Para la segunda edición, las bandas serían del mismo calibre.
La cita se dio en Pueblo Quiero, Tlaxcala, en un jardín con un gran espacio en el cual había un apartado con techo, lugar de las hostilidades.
Debido a la lamentable cancelación de Decortication el espectáculo dio inicio más tarde de lo previsto, utilizando el espacio de esta banda para que Cemican hiciera un soundcheck minucioso y llegaran más asistentes.
Velomic fue el encargado de iniciar el festival con un ritual prehispánico para después hacer retumbar el recinto con su death metal. Acompañados de una danzante que se movía al compás de los riffs se inició de buena manera rescatando nuestras raíces de las cenizas, como lo mencionó la banda.










Después de acudir, ya sea por un pulque de la región o por una cerveza, inició Warkill con su thrash metal para aumentar las revoluciones. Los de Toluca demostraron su poder con temas demoledores que surgieron uno tras otro. El ambiente seguía in crescendo.
Acabando la presentación, los organizadores informaron que la venta de bebidas sería por un sistema cashless, muy diferente al de otros festivales. Se compraba un boleto y este a su vez se llevaba a los stand donde estaban las bebidas espirituosas para hacer el canje.
Tras ello, los locales de Evil Angels dieron un matiz más obscuro al festival con su black metal. Con temas punzantes no pasaron desapercibidos calando en los asistentes que movían su cabello desenfrenadamente.
El turno ahora era para los queretanos de Disrupted que trajeron un death metal inmisericorde que retumbó en el lugar. A pesar de llevar a un guitarrista diferente al de su alineación, la banda se escuchó sólida con un sonido que cabe mencionar fue bueno.
Después de la puesta de sol el siguiente grupo en la fila fueron unos viejos conocidos, Ash Nazg Búrz. Los relatos de Tolkien cobraron vida a través de su black metal devastador y frío como el bosque que teníamos a un lado.
El virtuosismo se hizo presente con Anima Tempo, que debido a la salida de su segundo disco están de gira y visitaban por primera vez Tlaxcala para que con su metal progresivo hicieran rugir a la multitud. Su experiencia dentro y fuera del país se nota con un show lleno de energía.
Tulkas fue el siguiente. Javier Trapero, el vocalista fue directo al decir que querían desmadre, y eso fue lo que tuvieron como respuesta. El mosh no se hizo esperar. Los de Querétaro se dieron el lujo de armar un mosh de puras mujeres, como es tradición de la banda.
Continuando con la variedad de subgéneros seguía el grind de C.A.R.N.E. quienes con todas las tablas que tienen gracias a su vasta trayectoria no bajaron la potencia pero con un ambiente más festivo propio del género que interpretan. Al son de los chillidos de puerco y con varias cervezas por delante el clímax estaba en lo más alto.
Lo que inició con un ritual terminó de la misma forma, con Cemican, grupo que ha trascendido fronteras por su show, ya que además de su death metal prehispánico de alto calibre, la pirotecnia y el espectáculo que traen se debe de ver al menos una vez en la vida.
Una vez terminado el show los organizadores dieron las gracias a los asistentes y a las bandas, invitando a quedarse, ya que iba a ver una fogata con cervezas y más metal. El agradecimiento es mutuo por el gran evento que se realizó y dejó a los asistentes con un gran sabor de boca y con la seguridad que Tlaxcala además de existir, rifa.