Generalmente durante los jueves el estrés de la vida cotidiana es alto y poco tolerable, por lo que una dosis de thrash metal alemán es el mejor escape. Sodom, uno de los exponentes más reconocidos del género en el país teutón eran los encargados de la titánica labor.
La cita era en la Carpa del Velódromo Olímpico de la Ciudad de México. Previamente hubo algunos inconvenientes por la presentación de un artista oriental, sin embargo el metal salió triunfador y la presentación se iba a llevar a cabo como se tenía pactado en un inicio, congregando a la estirpe de metaleros más afín a tener chalecos llenos de parches.
Los amplificadores se prendieron por primera vez casi una hora antes de lo pactado sorprendiendo a los que estaban comprando mercancía o comiendo afuera del recinto, por lo cual la multitud se apresuró a ingresar mientras los jugadores amateurs de futbol rápido que estaban a lado de la entrada se distraían y fallaban un pase.
Mexicanos al grito de guerra
La primer banda fueron los tapatíos de Deidath, que desde ya pisaron el acelerador a fondo. Sus temas veloces y desenfrenados hicieron que los asistentes empezaran a mover la cabeza aunque algunos desconocían a la banda se quedaron con un buen sabor de boca el cual los dejó preparados para el siguiente grupo.
Tras varios chiflidos debido al retraso ingresaron al escenario Strike Master, que por su amplia carrera son un referente del thrash mexicano. Kmu y compañía reventaron el lugar haciendo volar vasos de cerveza y alimentando a un mosh demencial que pedía a gritos más riffs, lo cual fue saciado con temas como “Merciless Machine” y “Crystallized”. El cantante y guitarrista sabe cómo manejar a su público, dejándolos listos para el plato principal de la noche.






La maquinaria alemana
Con un público thrashero que tenía el recinto oliendo a cerveza sudor y a otros estupefacientes, la maquinaria alemana empezó a funcionar. Sodom, con su amplio bagaje sabe lo que quiere su audiencia y sin rodeos les dio thrash inmisericorde y rabioso. Desde “Silence is Consent” y “Jabba the Hut” el público se entregó a la locura causada por Tom Angelripper, Frank Blackfire, Yorck Segatz y Toni Merkel.






Pasando por temas como “Agent Orange”, “Blasphemer”, “Tired and Red” por mencionar algunas, los teutones daban pocos respiros para interactuar con la audiencia, ya sea saludando en español o preguntando si ya estaban cansados. Tras levantar una bandera mexicana que les arrojaron al escenario terminar un concierto que dejó más que contenta a la fanaticada, que ya estaba en gran parte sin sus chalecos característicos llenos de parches. Y estaban con el torso desnudo y lleno de sudor pero con la satisfacción enorme que puede dar un buen moshpit.