En el mundo del heavy metal, las historias detrás de las bandas y sus miembros a menudo son tan fascinantes como los riffs distorsionados que resuenan en los escenarios. Una de esas historias, que ha permanecido en la penumbra durante años, involucra al virtuoso guitarrista Marty Friedman y su intento fallido de unirse a la legendaria banda KISS.
El llamado inesperado
Cuando KISS estaba en busca de un nuevo guitarrista para reemplazar a Ace Frehley. La oficina de la banda, conocida por su meticulosidad, se puso en contacto con Friedman. El músico, que ya había demostrado su potencial en bandas como Megadeth, Cacophony y Hawaii, estaba emocionado ante la posibilidad de unirse a una de las bandas más icónicas del rock.
El cuestionable requisito
La entrevista con la oficina de KISS transcurrió sin problemas. Friedman cumplía con todos los requisitos: pelo largo, sin barba ni bigote, soltero y delgado. Pero luego llegó la pregunta que cambiaría su destino: “¿Mides más de 1,80 metros sin zapatos?”.
Friedman, confiado en su habilidad como guitarrista, no esperaba que su estatura fuera un obstáculo. Sin embargo, su respuesta fue sincera y directa: “Shit, ni de broma”. El guitarrista, que solía usar tacones altos, no alcanzaba esa altura sin ayuda.
La dolorosa negativa
La respuesta de la oficina de KISS fue igual de directa: “Lo sentimos”. Friedman quedó perplejo. ¿Por qué su estatura era un factor decisivo? Además, reflexionó sobre la peculiaridad de la pregunta:
“¿Cuántos judíos miden más de 1,80 metros sin botas?”. La respuesta, según él, era obvia: muy pocos.
La comprensión tardía
Años después, Friedman comprendió la lógica detrás de la decisión. Gene Simmons y Paul Stanley, los miembros fundadores de KISS, eran conocidos por su estatura imponente. La banda quería mantener esa imagen, incluso si eso significaba dejar fuera a un talentoso guitarrista como él.
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