El black metal es un género que hierve con intensidad, un crisol donde la música extrema se mezcla con actitudes al límite y vidas que desafían toda convención. Desde los fríos paisajes de Noruega en los 90 hasta los escenarios underground de hoy, sus vocalistas no solo han gritado al vacío, sino que han vivido historias que sacuden, dividen y fascinan. Este artículo explora a cinco cantantes cuyas trayectorias han marcado el black metal con fuego y controversia, no por simple provocación, sino por acciones y decisiones que resuenan en los tugurios y foros donde el género respira. Aquí van, sin rodeos, con hechos que hablan por sí solos.
1. Varg Vikernes (Burzum)
Varg Vikernes, el alma solitaria de Burzum, es un nombre que enciende debates al instante. Nacido en 1973 como Kristian Vikernes, su voz áspera y sus discos grabados en soledad, con una crudeza casi monástica, dieron forma a un sonido que atrapó la desolación de los fiordos. Pero su legado musical palidece ante sus actos. En 1993, apuñaló y mató a Øystein Aarseth de Mayhem en un crimen que destapó rencores y tensiones en la escena noruega. Condenado a 21 años, Vikernes también fue vinculado a los incendios de iglesias que marcaron los 90, como el de Fantoft en 1992, actos que él justificó como resistencia cultural. Sus escritos desde prisión, cargados de nacionalismo y paganismo radical, lo convirtieron en una figura aún más divisiva. Discos como Filosofem (1996) siguen sonando en los círculos del black metal, pero cada acorde parece cargar con el peso de su historia [Fuente: Lords of Chaos por Michael Moynihan y Didrik Søderlind, 1998].
2. Erik “Grim” Brødreskift (ex-Gorgoroth, ex-Borknagar)
Erik Brødreskift, conocido como Grim, fue un vocalista y baterista cuya breve pero turbulenta presencia en el black metal dejó una marca imborrable. Nacido en 1969 en Noruega, Grim fue vocalista en los primeros días de Gorgoroth, antes de pasar a la batería en bandas como Borknagar e Immortal. Su polémica no radica en crímenes violentos, sino en su asociación con la escena noruega en su momento más incendiario y en su trágica muerte. Grim era parte del círculo íntimo del black metal cuando las iglesias ardían y la retórica anticristiana estaba en su apogeo. Aunque no se le imputaron delitos directamente, su cercanía a figuras como Euronymous y su participación en shows provocativos de Gorgoroth lo situaron en el ojo del huracán.
En 1999, Grim se suicidó, un acto que conmocionó a la escena y alimentó debates sobre la presión y el nihilismo que rodeaban al black metal. Su muerte fue vista por algunos como un reflejo del lado más autodestructivo del género, y su legado, aunque menos documentado que el de otros, sigue siendo un recordatorio de los costos humanos de esa era. Las grabaciones de Gorgoroth con su voz son escasas, pero su nombre aún aparece en los créditos de los primeros días del género [Fuente: Black Metal: Evolution of the Cult por Dayal Patterson, 2013].
3. Per “Dead” Ohlin (Mayhem)
Per Ohlin, o simplemente Dead, fue un relámpago que iluminó el black metal antes de apagarse. Nacido en Suecia en 1969, se unió a Mayhem en 1988 y trajo una intensidad que cambió el juego. Sus actuaciones eran un torbellino: se cortaba en el escenario, usaba restos animales para invocar lo macabro y perfeccionó el corpse paint, hoy un emblema del género. Pero Dead no actuaba; vivía su oscuridad. En 1991, se quitó la vida con un disparo, dejando una nota que pedía disculpas por la sangre. Su suicidio no solo rompió a Mayhem, sino que desató una reacción en cadena: la banda y la escena lidiaron con su muerte de formas que iban desde el homenaje hasta la explotación.
Los rumores de que su cuerpo fue fotografiado para promocionar la banda, aunque exagerados, reflejan cómo su tragedia se convirtió en mito. Su voz, capturada en Live in Leipzig (1993), es un eco de esa intensidad que aún resuena en los fans. Dead no buscaba ser polémico, pero su vida y muerte lo convirtieron en una figura inescapable [Fuente: Documental Until the Light Takes Us, 2008].
4. Kristian “Gaahl” Espedal (Gorgoroth)
Gaahl, nacido en 1975, es un cantante que no encaja en moldes. Como voz de Gorgoroth desde finales de los 90 hasta 2007, su estilo era un alarido que cortaba como vidrio, y sus shows, con cabezas de animales y sangre falsa, llevaban la provocación a niveles viscerales. Pero Gaahl no se limitó al escenario. En 2001, fue condenado por una agresión brutal en Noruega, un incidente que él atribuyó a defenderse, pero que dejó preguntas abiertas. La sentencia pintó una imagen de violencia que contrastaba con su presencia casi mística en vivo.
En 2008, Gaahl dio un giro inesperado al declararse gay, un paso que rompió tabúes en un género donde la intolerancia, aunque no universal, había dejado cicatrices. Su honestidad generó tanto apoyo como rechazo, pero él nunca miró atrás. Discos como Ad Majorem Sathanas Gloriam (2006) muestran su fuerza artística, y su historia demuestra que la polémica puede venir tanto de desafiar al sistema como de enfrentarse a uno mismo [Fuente: Entrevista en Metal Hammer, 2008].
5. Niklas Kvarforth (Shining)
Niklas Kvarforth, nacido en 1983, es el corazón palpitante de Shining, la banda sueca que convirtió la desesperación en arte. Desde los 12 años, Kvarforth ha canalizado su lucha personal en canciones que hablan de suicidio y dolor con una sinceridad que desarma. Pero su vida fuera del estudio es donde las cosas se complican. Sus conciertos han incluido incitaciones a la violencia, y hay historias –algunas verificadas, otras no– de que ofrecía cuchillas al público para que se autolesionaran. Su relación con las adicciones y la salud mental es un libro abierto, pero también un campo minado.
En 2006, Shining anunció que Kvarforth había desaparecido, insinuando su muerte, solo para revelar después que era un truco promocional. Este tipo de maniobras, junto con letras que rozan la apología del suicidio, han generado críticas por trivializar temas serios. Sin embargo, discos como V – Halmstad (2007) son pilares del black metal depresivo, prueba de que Kvarforth, con todos sus demonios, es una fuerza imposible de ignorar [Fuente: Revolver Magazine, 2010].
Reflexión final
Estos cinco cantantes no solo han dado voz al black metal; han vivido sus extremos, cada uno dejando una cicatriz única en el género. Vikernes y Dead definieron una era de caos, Grim mostró su fragilidad, Gaahl rompió barreras, y Kvarforth sigue desafiando los límites. Sus historias no son solo anécdotas; son un recordatorio de que el black metal es más que música: es un espejo de lo humano, con todas sus luces y sombras. ¿Qué te parece este recorrido?