Limp Bizkit no baja los brazos. Dos días después de que se confirmara la muerte de Sam Rivers, el bajista original de la banda, el grupo ha decidido seguir adelante con su esperado concierto en México. El evento, programado para el 29 de noviembre en la Explana del Estadio Azteca, será el arranque del Gringo Papi Tour 2025. Es una movida que habla de respeto y de cómo la música de estos tipos de Jacksonville sigue latiendo fuerte, incluso en momentos duros como este.
La noticia del fallecimiento de Rivers, a sus 48 años, cayó como un mazazo el 18 de octubre. Fred Durst y el resto de la crew lo recordaron en redes como el “corazón” del sonido que los catapultó a la fama en los 90. Rivers, que entró al lineup fundador en 1994 junto a Durst, Wes Borland en guitarra y John Otto en batería, era el tipo que ponía el groove en hits como “Nookie” o “Break Stuff”. Sin su bajo, discos como Significant Other o Chocolate Starfish no habrían pegado tan cabrón en la radio y los mosh pits.
El adiós a un pilar del nu-metal
Sam Rivers no era el que gritaba al micrófono, pero su trabajo en el bajo era el pegamento que unía el rap-rock con el metal agresivo que definió a Limp Bizkit. Desde Three Dollar Bill, Y’all en 1997 hasta los shows caóticos de principios de los 2000, su estilo simple pero efectivo ayudó a vender más de 40 millones de discos. En los últimos años, había hablado abiertamente de sus batallas con el alcohol, pero siempre con esa vibe positiva que lo caracterizaba. La banda no ha soltado detalles sobre la causa de su muerte, y el foco está en celebrar lo que dejó atrás.
Los fans en México, que siempre han sido de los más leales en Latinoamérica, ya empezaban a armar planes para el tour. Rivers era clave en esa energía cruda que hace que un concierto de Limp Bizkit sea inolvidable: puro caos controlado, con el público saltando como si no hubiera mañana.
Por qué el tour sigue en pie: un homenaje en vivo
La decisión de no cancelar viene directo de la banda y de los promotores locales, MusicVibe. En un comunicado que circula en posters y redes, hablan de cómo cada riff y cada grito en el Azteca va a sonar por él. “Su vibe nunca se apaga”, dicen, y planean que el show sea un tributo directo al legado de Rivers en el nu-metal. Imagínate: miles en la Explana, coreando “Rollin'” mientras Borland rasguea y Durst suelta su flow. Eso es lo que Sam querría, no un silencio forzado.
Si estás en CDMX o cerca, agarra boletos ya – van a volar. El Gringo Papi Tour arranca con todo, y este primer date en México promete ser el más emotivo. Limp Bizkit ha pasado por splits, comebacks y todo el drama de la industria, pero siempre vuelven más duros. Rivers se va, pero su bajo retumba en cada nota que toquen de aquí en adelante.





