Fotografías: Johanna Malcher
20 de noviembre de 2025 – El thrash de los 80 volvió a cortar cabezas en la Ciudad de México
El Fvck Off Room, ese recinto angosto en la colonia Roma se llenó de energía el pasado 20 de noviembre, justo el día que se conmemora la Revolución Mexicana. Afuera hacia frío, pero dentro la temperatura subió rápido cuando Starforce, más pulidos, con un sonido que ya coquetea con el power metal europeo pero sin perder la mala leche. El baterista parecía poseído, los doble bombos retumbaban en el pecho como si quisieran salir por la espalda.
Después subió Venemous abrió la noche con un thrash crudo que parecía arrancado de un demo de 1987 grabado en algún garage de Ecatepec. Los riffs cortaban como navajas oxidadas y el vocalista gritaba como si le debiera dinero a medio público. Sirvieron para calentar motores y recordarle a la gente que en México todavía hay bandas que pegan con ganas..
Y entonces se apagaron las luces. El rugido colectivo fue tan fuerte que por un segundo pareció que el techo iba a colapsar. Kings of Thrash salió sin avisar: David Ellefson al bajo, con esa presencia tranquila de quien ya lo ha visto todo; Jeff Young regresando a la guitarra como si nunca se hubiera ido de Megadeth; Chaz Leon al micrófono y en la segunda guitarra, un tipo que no intenta imitar a nadie, simplemente escupe las letras con la rabia que merecen, y Fred Aching a la batería, marcando territorio desde el primer golpe.

Arrancaron con “Into the Lungs of Hell” y el lugar se vino abajo. El riff inicial fue como un puñetazo en la nuca. Young soltó unas escalas que recordaron por qué en los ochenta lo consideraban un genio antes de que llegara Friedman. Ellefson, imperturbable, hacía temblar las cuerdas graves con esa precisión quirúrgica que lleva tatuada desde el Killing Is My Business. El público cantaba cada palabra como si estuviera rezando.

Pasaron directo a “Rattlehead” y ya no hubo tregua. Los cuerpos volaban, el mosh fue continuo, brutal, de esos donde nadie pide permiso y todos terminan con la camiseta rota. “Liar” sonó más rápida y venenosa que nunca, y cuando llegó “Train of Consequences” la gente gritó el coro tan fuerte que casi tapó la voz de Leon.
Hubo momentos que dolieron en el buen sentido. “Looking Down the Cross” retumbó con esa atmósfera oscura que Megadeth casi nunca repite en vivo, y “In My Darkest Hour” provocó un silencio extraño antes de que medio foro empezara a corear el solo nota por nota. Poland se lució, claro, pero lo hizo con clase, dejando que la guitarra hablara sola.

El solo de batería de Fred Aching fue un viaje corto pero intenso: metió fragmentos de “Raining Blood” y “Angel of Death” que hicieron que más de uno levantara el puño y mirara al cielo como en misa negra. Después vino “Symphony of Destruction” y el lugar entero se convirtió en un solo grito gutural. Hasta los que estaban en la barra dejaron sus chelas para saltar.

La recta final fue una masacre: “Tornado of Souls” con Poland y Young intercambiando solos como si se debieran la vida. El público ya no cantaba, rugía.
Para el encore regresaron con “Swords and Tequila” de Riot V, un guiño inesperado que prendió a los más viejos del lugar, y cerraron con la dupla letal: “Wake Up Dead” a velocidad de crucero y “Peace Sells” como sentencia final. Cuando sonó el riff icónico del bajo de Ellefson, el Fvck Off Room tembló de verdad. Nadie quería que terminara.

Setlist completo
- Into the Lungs of Hell
- Rattlehead
- Liar
- Train of Consequences
- Victory
- Looking Down the Cross
- Skull Beneath the Skin
- 502
- Drum Solo (con fragmentos de Raining Blood y Angel of Death)
- In My Darkest Hour
- Bad Omen
- Symphony of Destruction
- Black Friday
- Mary Jane
- Dawn Patrol
- Tornado of Souls
Encore
- Swords and Tequila (Riot V cover)
- Wake Up Dead
- Peace Sells





