Pocas bandas se pueden jactar de cambiar a la voz del grupo e inmediatamente sacar un clásico inyectando nueva vida a la agrupación. Se puede mencionar a AC/DC, Iron Maiden y Black Sabbath, que es con quien nos centraremos.
El cantante original, Ozzy Osbourne no estaba satisfecho con la dirección del grupo en sus trabajos anteriores y los demás miembros (Iommy, Butler y Ward)no aguantaban más los excesos de Osbourne por lo cual la ruptura fue inminente.
Al poco tiempo fueron conectados con un Dio que salía de Rainbow y la química fue instantánea. Grabaron algunos temas, crearon otros y con la ayuda del artífice de la etapa dorada de Maiden, Martin Birtch y crearon el disco “Heaven and Hell”.
La forma de componer cambia, las voces se llevan a donde Dio quiere, Tony Iommy cambia su forma de estructurar sus solos y aunque hay cierta controversia en la grabación del bajo, hasta el momento se le acredita a Geezer Butler esas líneas que cobran vida propia en las canciones y un Bill Ward a la altura del compromiso. Y el último pero no menos importante a Geoff Nichols que inició su aventura con Sabbath con este disco dando el toque Perfecto para esta obra maestra.
Temas como el homónimo del disco, “Die Young” o “Neon Knights” son la prueba de que a veces la gran diferencia entre las leyendas del metal con las demás agrupaciones es adaptarse y mejorar ante los cambios que les llegan.