Metallica no es solo una banda; es una máquina de guerra sónica que lleva más de cuatro décadas triturando escenarios y desafiando las reglas del metal. Desde los días crudos de Kill ‘Em All hasta los experimentos divisivos de St. Anger, han sabido pivotar entre la furia pura y los momentos que llenan estadios. Pero si hablamos de su último gran éxito —una canción que pegó duro en el planeta y que hoy resuena en cada rincón de sus giras—, hay que retroceder hasta 1991. Sí, “Enter Sandman” es el nombre que sigue retumbando, y no es casualidad.
El nacimiento de un monstruo
Corría julio de 1991 cuando Metallica lanzó el primer sencillo de su disco homónimo, conocido por todos como The Black Album. “Enter Sandman” no llegó gritando thrash ni aporreando doble bombo; en cambio, trajo un riff hipnótico, casi minimalista, que se te pega al cerebro como un tatuaje mal hecho. James Hetfield, con su voz curtida, te lleva por una pesadilla infantil que no suena a cuento de hadas, sino a algo que te acecha desde el armario. El tema se cocinó en un proceso caótico: Kirk Hammett trajo la idea principal, Hetfield le dio forma lírica, y el productor Bob Rock —recién llegado al equipo— pulió todo hasta que sonara como un cañonazo en FM.
El resultado fue brutal en números. Alcanzó el puesto 16 en el Billboard Hot 100, un terreno que el metal rara vez pisa, y se coló en listas de medio mundo, desde Australia hasta Alemania. Según datos de Nielsen SoundScan, el sencillo vendió más de un millón de copias físicas en Estados Unidos, algo que hoy suena a reliquia pre-streaming. Pero no fue solo un éxito comercial; se convirtió en un código cultural. ¿Quién no ha escuchado ese riff en un partido de béisbol o en un montaje de cine? Hasta Mariano Rivera, el legendario cerrador de los Yankees, lo adoptó como su entrada al montículo.
La prueba del tiempo
Avancemos al presente: marzo de 2025. Metallica sigue de gira con el M72 World Tour, un monstruo de dos noches por ciudad donde no repiten canciones entre shows. Sin embargo, hay una constante que no negocia: “Enter Sandman” cierra cada concierto. Basta con revisar los setlists en setlist.fm —por ejemplo, el 27 de septiembre de 2024 en Ciudad de México o las fechas de agosto de 2023 en Nueva Jersey— para confirmar que es el broche final, noche tras noche. No es una sorpresa; es una necesidad. El público no se va sin esa descarga.
¿Por qué sigue ahí? No es solo nostalgia. El tema tiene una arquitectura que aguanta el paso de los años: un gancho simple pero letal, una batería que golpea como martillo en yunque, y una energía que convierte a 80,000 personas en un coro desquiciado. En contraste, canciones más recientes como “Lux Æterna” de 72 Seasons (2023) han tenido su momento —el disco debutó en el número 2 del Billboard 200—, pero no se cuelan en cada fecha. Revisando los registros, temas del último álbum rotan entre noches, mientras “Enter Sandman” es inamovible.
¿Nada más reciente?
Aquí entra la pregunta incómoda: ¿de verdad no hay un éxito posterior que haya calado tan hondo? Load (1996) trajo “Until It Sleeps”, que llegó al top 10 en varios países, pero hoy apenas asoma en los setlists. Death Magnetic (2008) tuvo “The Day That Never Comes”, un eco decente de sus baladas épicas, pero no cruzó al mainstream ni se asentó como fija en vivo. Y aunque 72 Seasons mostró que Metallica aún tiene pólvora, sus singles no han replicado el alcance global ni la permanencia de “Enter Sandman”. Los números lo respaldan: mientras el tema de 1991 tiene más de mil millones de streams en Spotify al cierre de 2024, “Lux Æterna” ronda los 50 millones. No hay comparación.
Un detalle que no esperabas
Aquí va algo curioso: “Enter Sandman” no solo sobrevive, sino que muta. En 2021, para el 30 aniversario de The Black Album, Metallica lanzó The Metallica Blacklist, un disco de covers donde artistas como Miley Cyrus o St. Vincent le dieron su giro. La versión de Cyrus, con Elton John al piano, hasta se coló en playlists pop. Es raro ver una canción de metal cruzar tantas fronteras y seguir sonando fresca tres décadas después. Eso no lo hace cualquier tema.
El veredicto
Entonces, ¿cuál es el último gran éxito de Metallica? “Enter Sandman” se lleva el título, no porque sea lo más reciente en su catálogo —estamos hablando de 34 años atrás—, sino porque ningún otro tema posterior ha combinado éxito planetario con una presencia en vivo tan consistente. Es el punto donde Metallica dejó de ser solo una banda de metal y se convirtió en un fenómeno que trasciende géneros. Puede que algún día saquen otro misil así, pero por ahora, cuando las luces se apagan y ese riff arranca, el mundo sigue temblando.