El heavy metal, aunque cuenta con una base de seguidores fieles en España, no alcanza la misma popularidad que otros géneros musicales en el país. Esta realidad se debe a una combinación de factores históricos, culturales y estructurales que han influido en la difusión y aceptación del género.
Históricamente, durante la explosión cultural de los años 80, mientras en España se promovía la “Movida Madrileña” con bandas como Alaska y Radio Futura, que ofrecían un sonido más accesible y menos confrontativo, grupos de heavy metal como Barón Rojo y Obús llenaban pabellones con una audiencia considerable. Sin embargo, a pesar de su éxito, la escena metalera no logró consolidarse de manera independiente y sostenible en el tiempo. 
La falta de infraestructura sólida ha sido un obstáculo significativo para el crecimiento del metal en España. Según análisis recientes, la escena emergente enfrenta dificultades para prosperar debido a la ausencia de apoyo estructural y la fragmentación del sector. Agencias, medios, promotoras y discográficas especializadas en rock duro y heavy metal se han diluido en los últimos años, especialmente tras el parón de la pandemia, lo que ha afectado la promoción y difusión de nuevas bandas. 
Además, la cultura musical predominante en España ha favorecido tradicionalmente otros géneros, lo que ha limitado la exposición del heavy metal en medios masivos y plataformas principales. Esta falta de visibilidad ha contribuido a que el género no alcance una audiencia más amplia.
A pesar de estos desafíos, el heavy metal mantiene una presencia activa en España, con festivales y conciertos que atraen a seguidores dedicados. No obstante, para que el género alcance una mayor difusión y aceptación, sería necesario un esfuerzo conjunto que incluya la consolidación de infraestructuras, el apoyo a bandas emergentes y una mayor educación musical que promueva la diversidad de estilos entre el público general.