Dentro del vasto universo del heavy metal, pocas historias han sido tan caóticas y accidentadas como la de Bobby Liebling, vocalista de Pentagram. El documental Last Days Here (2011), dirigido por Don Argott y Demian Fenton, expone el descenso y resurgimiento de una de las figuras más enigmáticas del doom metal. A través de un enfoque íntimo, la producción muestra el impacto de décadas de adicciones, decisiones fallidas y aislamiento, pero también el intento de redención impulsado por la devoción de sus seguidores y la perseverancia de aquellos que aún creían en su talento.

Pentagram, banda fundada en los años 70, es considerada pionera del doom metal, aunque su reconocimiento llegó mucho después. Mientras grupos como Black Sabbath consolidaban el género, Pentagram se mantuvo en la sombra, en gran parte debido a la inestabilidad de su líder. Last Days Hereno es un documental tradicional sobre una banda; no hay un repaso cronológico de discos o giras, sino un relato centrado en la vida de Liebling, quien, al momento de la filmación, vivía prácticamente recluido en el sótano de la casa de sus padres en Virginia, atrapado en un ciclo autodestructivo.
El documental gira en torno a la lucha de Sean “Pellet” Pelletier, un fanático y mánager autodidacta que se propone rescatar a Liebling de su propia decadencia. A medida que la cámara sigue sus intentos por sacarlo del aislamiento y devolverlo a los escenarios, la historia oscila entre la esperanza y la desesperación. Las imágenes muestran a Liebling en un estado físico deteriorado, con gestos erráticos y un discurso marcado por años de abuso de sustancias, mientras Pelletier intenta convencerlo de que aún tiene una oportunidad de recuperar su lugar en la música.
Uno de los aspectos más crudos del documental es la forma en que documenta la vulnerabilidad del protagonista. Lejos de la imagen de un rockstar que desafía el tiempo, Liebling aparece como un hombre al borde del colapso, lidiando con problemas de salud y las secuelas de sus excesos. Sin embargo, Last Days Here no se limita a ser una crónica de autodestrucción, sino que también ofrece momentos de redención. A medida que la historia avanza, se ve a Liebling enfrentando sus demonios internos, con la posibilidad de volver a los escenarios como última carta para reivindicarse.
A diferencia de otras producciones que glorifican el mito del músico problemático, Last Days Here se sumerge en la realidad sin edulcorantes. No hay héroes ni villanos en esta historia, solo un artista enfrentando el peso de sus propias decisiones y el esfuerzo de quienes buscan darle una segunda oportunidad.
Pentagram visitará México el mes de marzo. El 14 en guadalajara, el 15 en monterrey y el 16 tocará en la CDMX.
