Braulio Carbajal y Yussel Barrera
“Ésta es nuestra noche”. Nos dice Charlie Zambrano, bajista y vocalista de Horrid Sight sentado en la barra de La Piedad Live Music junto a sus socios del crimen: Nestor Ledesma (guitarra y coros) y Rafael Carranza (batería), justo antes de batirse ante otras cinco bandas nacionales por un lugar en el Wacken Open Air.
Tal vez fueron sólo palabras, pero en ellas había convicción e ilusión de cumplir un sueño: pararse en el escenario considerado como la meca del metal mundial.
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Es verdad que hoy en día el festival alemán está lejos de otros como el Hellfest de Francia, del recién anunciado Power Trip en Estados Unidos o hasta del Resurrection Fest de España; sin embargo, pasará mucho tiempo antes de que alguno de estos u otro tenga la esencia y misticismo del Wacken.
Y sí, la noche fue suya
En un país como México, el metal es música para marginados. Su exposición en los medios de comunicación masiva es prácticamente nula y los especializados, cuya bandera es “apoyar la escena”, dejan de lado la esencia de la misma: la furia de las bandas que se abren camino desde el mismísimo inframundo social.
Ese fue el camino de seis bandas que el pasado 15 de abril se presentaron en el escenario de la WOA Metal Battle México, no sin antes dejar en el camino a unas 80 agrupaciones.
Son algo así como las 8 de la noche y mientras el público se acomoda en el recinto ubicado en Metrobús La Piedad, sube al escenario Horrid Sight y su potente thrash/death. No hay espacio para saber lo que sucede, pues la contundencia de su sonido conecta de forma inmediata con los asistentes, que se le entregan y corean su nombre una y otra vez.
La banda y audiencia son una sola alma. Charlie lo sabe y con todo el poder de su voz lanza el grito de guerra: “Evil Made Flesh”, con el que da entrada a la desgarradora y cruda canción con la que abre el álbum debut de Horror Sight, lanzado el año pasado, que si bien tiene la etiqueta de thrash/death ofrece pasajes de black y hasta groove.
Ha sido apenas la primera banda de la noche, pero el sentimiento es general. Da la impresión de que la ganadora de la noche acaba de bajar del templete.
Sin embargo, nada está dicho y es momento de escuchar thrash puro y duro a cargo de Thrashock, comandada por el inconfundible “Ripper”, que con su voz, más la velocidad de los demás integrantes se encarga de mantener la energía a tope. Para cuando llega el momento de su himno: Honor a Chingadazos, con su contagioso coro que dice “Bruce Lee te parte tu madre…”, no hay más remedio que ser parte del moshpit.
La tercera aparición de la noche corre a cargo de los hidalguenses de Cerebral Miasma y su deathgrind técnico, cuyos músicos sin duda derrochan virtuosismo sobre el escenario; no obstante, por momentos da la impresión que se sumergen tanto en sus respectivos instrumentos que dejan al cantante “Pete” Rodríguez el encargo de sostener por sí solo el ánimo del público.
A estas alturas la cerveza ha corrido de manera importante y el público está a la espera de una de las bandas con mayor convocatoria: StarForce, que dio a la noche una inyección de heavy metal de la vieja escuela, con intros largos y coreografías preparadas típicas del metal setentero y ochentero, enmarcadas con coros contagiosos.
El virtuosismo de sus músicos (con experiencia en otros proyectos) es el sello de esta banda de la Ciudad de México que tiene en Mely Wild a una vocalista que se apodera sin temor del escenario y conecta de forma inmediata con el público. Tras su actuación, la sensación de que pueden quedarse con el pase a Alemania es inminente.
Tras este arrollador acto llega el turno de Vastoberant. Los de Chihuahua juegan en desventaja, pues al ser del norte del país, su público en la Ciudad de México es notablemente inferior al de las demás, pero en el metal no hay nacionalidad y menos región.
Bastan unos cuantos minutos para que la gente reconozca su poder y llene de nuevo el frente del escenario, pues como su nombre en latín lo indica, su presencia es devastadora, comenzando por Jorge “Krusty” Valdez en la voz, que por momentos parece encarnar al mismísimo Phil Anselmo de Pantera. El cuarteto deja el escenario con la satisfacción de haberse ganado el respeto de todos los asistentes.
Mythril, banda de Baja California con temática del J.R.R. Tolkien es la encargada de cerrar la noche. Apenas sube al escenario y los problemas aparecen: es prácticamente imposible apreciar su power metal, pues ni la voz ni los instrumentos eléctricos se escuchan. Fallas técnicas que no impiden a todos sus integrantes dar su máximo esfuerzo en el escenario. El tiempo termina y la frustración no sólo aparece en sus rostros, sino en el de todos los presentes que queríamos verlos en todo su esplendor.
(Al final, se quedaron con el cuarto lugar y de nuestra parte sólo queda invitar a que la escuchen en disco o en vivo, es una banda que vale la pena).
No hay tiempo para más, cada una de las seis bandas ha tenido 30 minutos sobre el escenario para dar una muestra de su música. Durante alrededor de 5 horas fuimos testigos de varios estilos del metal que fueron desde los más poderosos como el thrash, el death, el grind y groove, hasta los más melódicos como el heavy y el power metal.
Tras unos minutos de deliberación del jurado, Luis Jasso (mejor conocido como “Chico Migraña”), hace su aparición en el escenario para dar a conocer los resultados: Vastoberant, la sorpresa de la noche, se queda con un merecido tercer lugar. La tensión se respira en el aire, todos quieren ganar, pero en el fondo todos sabemos que sólo hay dos contendientes. “StarForce”, dice Jasso, al referirse al segundo puesto… de inmediato el lugar explota por la euforia, no es necesario que se nombre al ganador. Y sí, fue la noche de Horrid Sight.
Horrid Sight
Thrashock
Cerebral Miasma
StarForce
Mythril
Fotos: Johanna Malcher y Yussel Barrera