Desde su aparición en la escena española a inicios de la década pasada, Biznaga se ha consolidado como una de las propuestas más sólidas e inquietas del rock ibérico. Con un sonido que bebe del punk, el post-punk y la tradición contestataria del rock español, la banda ha construido una identidad propia basada en letras afiladas, crónicas urbanas y un enfoque musical que combina crudeza, melodía y claridad conceptual. Tras años de giras, cuatro álbumes de estudio y un crecimiento constante dentro y fuera de España, el grupo se prepara para una nueva visita a México, donde se presentarán este viernes 28 de noviembre en el Foro Indie Rocks. Antes de su llegada, conversamos con ellos sobre su evolución, su mirada social y el momento creativo que atraviesan.

Biznaga define su identidad de forma sencilla pero contundente. Aunque cada oyente los interpreta desde coordenadas distintas, ellos lo resumen así: “Para unos seremos más punk, para otros más pop, pero al final es rock: intenso, de guitarras, con letras cuidadas y un mensaje claro”. Esa mezcla —melódica y cruda a la vez— ha alcanzado un punto de madurez en su nuevo material, donde la accesibilidad no sacrifica potencia.
La recepción del público durante la gira ha sido especialmente alentadora. El grupo reconoce que extrañaban tocar en salas y que la energía ahí tiene algo único: “Las salas son nuestro hábitat natural; cuando hay buen sonido y buenas condiciones técnicas, todo fluye. Ahí es donde mejor se vive un show nuestro”. Además, se dijeron sorprendidos por la respuesta de la audiencia: “La gente se canta hasta las canciones que no eran singles… nos ha impresionado muchísimo”.
En un entorno donde los festivales masivos coinciden en fechas y saturan el calendario, Biznaga mantiene una postura clara: analizar cada propuesta según lo que aporte a su discurso. Aun así, afirman sin titubeos: “Las energías que se mueven en las salas son especiales; es lo que más nos satisface”.
El nuevo disco marca una evolución natural respecto a sus inicios. La banda reconoce que sus primeros trabajos eran más oscuros y menos accesibles, pero que con el tiempo han depurado su forma de comunicar. “Sin renunciar a la crudeza, hemos conseguido ser más accesibles y que el mensaje cale más”, comentan. Esa claridad no es fruto de un giro brusco, sino del resultado de años trabajando juntos y afinando su identidad.
Biznaga sigue abordando temas como la gentrificación, la precariedad laboral o la salud mental, asuntos que consideran más urgentes que nunca. “Lamentablemente, no solo no han cambiado, sino que se han intensificado”, señalan, destacando que estas problemáticas también se viven en México, lo que genera un puente emocional inmediato con su audiencia latinoamericana.
Sobre las similitudes entre España y Latinoamérica, la banda reflexiona con precisión: “Son dinámicas que se están dando en todo el mundo y afectan siempre a la misma parte de la población: la clase trabajadora”. Aun así, reconocen que cada territorio interpreta su música desde experiencias propias, y esa lectura individual es parte de lo que hace relevante su propuesta.
En la conversación también surgió el tema de las redes sociales y la inteligencia artificial, herramientas que definen como poderosas pero peligrosas. “Me gustaría usarlas de manera racional, pero a veces termino scrolleando horas sin darme cuenta”, admiten entre risas. Sobre la IA, advierten que “es una herramienta útil si no quieres hacer el mal”, pero que puede volverse un arma de desinformación si se usa irresponsablemente.
De cara a su presentación en México, el entusiasmo de la banda es evidente: “Estamos muy emocionados… esa es la palabra”. Y prometen un show intenso y honesto en el Foro Indie Rocks: “Somos gente muy sana… o lo intentamos”, bromean. Sobre el futuro, mantienen su ritmo creativo: ya trabajan ideas nuevas y apuntan a un próximo disco hacia 2027.
Con una voz propia cada vez más definida y un mensaje que se afina al ritmo de los tiempos, Biznaga continúa expandiendo su alcance sin perder la esencia que los distingue. Su música sigue siendo un espejo crítico y luminoso para quienes buscan una perspectiva honesta en medio del caos contemporáneo. Este viernes 28 de noviembre, esa energía encontrará a su hogar en la Ciudad de México.





