5 escritores clásicos que serían fans del heavy metal › Heavy Mextal
mié. Abr 30th, 2025

Imagina una sala de conciertos en penumbra, con el rugido de las guitarras cortando el aire y una multitud entregada al caos controlado del headbanging. Ahora piensa en un puñado de escritores de siglos pasados, pluma en mano, que podrían estar ahí, al pie del escenario, vibrando con el pulso crudo del heavy metal. No es una fantasía descabellada: el metal, con su mezcla de rebeldía, narrativa épica y exploración de lo humano, tiene ecos en las obras de ciertos autores clásicos. Este género musical no solo es sonido; es un vehículo para ideas que desafían, incomodan y celebran lo visceral. Aquí van cinco escritores que, por su forma de pensar y crear, probablemente habrían cambiado sus tabernas por un mosh pit.

1. William Blake: El profeta del riff apocalíptico

William Blake no era solo un poeta; era un huracán creativo que pintaba visiones de ángeles y demonios mientras cuestionaba todo lo que oliera a autoridad. Sus versos, como los de Songs of Experience (1794), destilan una energía que parece pedir a gritos un doble bombo y un solo de guitarra. Blake veía el mundo como un choque de opuestos —inocencia contra corrupción, espíritu contra sistema— y esa dualidad encaja con la tensión que define discos como Paranoid de Black Sabbath. Su poema The Tyger podría ser la letra perfecta para una canción de doom metal, con su ritmo hipnótico y su obsesión por el poder creador. Además, sus grabados, llenos de figuras retorcidas y paisajes infernales, parecen sacados de la carpeta de un vinilo de Iron Maiden. Si Blake viviera hoy, seguro estaría diseñando portadas para bandas mientras escribe manifiestos sobre la libertad del riff.

2. Edgar Allan Poe: El maestro de la balada oscura

Poe no necesitaba un amplificador para hacer que sus palabras resonaran como un trueno. Sus cuentos y poemas, escritos en la primera mitad del siglo XIX, son un catálogo de obsesiones que cualquier fan de Metallica reconocería al instante: muerte, culpa, locura. Tomemos The Tell-Tale Heart (1843): la narración de un hombre desquiciado por el latido de su propio crimen tiene el mismo nervio que una canción como Fade to Black. Poe dominaba el arte de meterte en la cabeza de alguien al borde del abismo, algo que bandas como Type O Negative llevaron al extremo con sus atmósferas góticas. Su vida, marcada por el desamparo y una relación tormentosa con el mundo, lo habría llevado directo a los bares donde el metal suena hasta el amanecer. Imagina a Poe en un concierto, con su abrigo raído, murmurando versos mientras la banda desata un crescendo.

3. Friedrich Nietzsche: El filósofo del mosh pit

Nietzsche no escribió poesía ni ficción al uso, pero sus ideas eran puro combustible para el fuego del metal. En obras como Thus Spoke Zarathustra (1883-1885), publicadas por él mismo tras ser ignorado por las editoriales, predicaba la superación del hombre y el rechazo a las cadenas de la tradición. Esa actitud de “rompe todo y crea algo nuevo” es el ADN de bandas como Slayer o Pantera, que nunca pidieron permiso para existir. Nietzsche celebraba lo dionisíaco —el caos, la pasión, el instinto— frente a lo apolíneo, y eso lo convierte en un candidato perfecto para disfrutar del descontrol de un concierto de thrash. Su famosa frase sobre volverse más fuerte tras el sufrimiento podría ser el coro de un himno de Sepultura. Si estuviera vivo, Nietzsche probablemente estaría escribiendo letras para una banda de black metal noruega, con un cuaderno lleno de aforismos y cerveza derramada.

4. Lord Byron: El rebelde con causa y cuero

George Gordon Byron, más conocido como Lord Byron, era el tipo de persona que hoy tendría un Instagram lleno de fotos en festivales como Wacken. A principios del siglo XIX, su poesía —como Childe Harold’s Pilgrimage (1812)— mezclaba paisajes épicos con un desencanto que suena a proto-metal. Byron vivía al límite: aventuras, escándalos y una muerte temprana en Grecia luchando por la independencia. Esa energía larger-than-life encaja con el drama teatral de Judas Priest o el heroísmo desmesurado de… well, Manowar. Sus versos, llenos de pasión y tragedia, podrían ser la banda sonora de una balada de power metal. Byron no se conformaba con existir; él quería arder, y el heavy metal habría sido su escenario perfecto para hacerlo.

5. Mary Shelley: La arquitecta de monstruos metálicos

Mary Shelley escribió Frankenstein (1818) con apenas 19 años, y esa novela no es solo una historia de terror: es una pregunta sobre qué significa crear y ser humano. Esas ideas resuenan en el metal progresivo de bandas como Opeth o en las narrativas complejas de Cradle of Filth. Shelley exploraba lo que pasa cuando la ambición choca con el miedo, un tema que podría inspirar un concepto entero para un álbum de Dream Theater. Su vida, llena de pérdidas y lucha contra las expectativas de su época, la habría llevado a encontrar refugio en la comunidad del metal, donde lo diferente no solo se acepta, sino que se celebra. Imagina a Shelley en un festival, fascinada por las historias que las bandas tejen en el escenario, tomando notas para su próxima novela.

El heavy metal no es solo música; es un espacio donde las ideas de estos escritores —rebelión, introspección, épica— encuentran eco. Blake, Poe, Nietzsche, Byron y Shelley no solo habrían disfrutado del género; probablemente habrían subido al escenario, guitarra en mano o gritando al micrófono, para contar sus historias al ritmo de un riff que no se olvida. ¿Y tú, a qué clásico ves en el próximo concierto?

By Yussel Barrera

Jefe de información de Heavy Mextal/ Músico semiretirado de la escena under de Iztapalapa; dejé la guitarra para tomar la pluma y trazar historias en lugar de un solo./ Contacto: [email protected]/ Facebook: https://www.facebook.com/tizzn

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