Slipknot, la banda de metal alternativo que ha dejado una huella indeleble en la escena musical, está lista para sacudir México con dos conciertos que prometen ser una experiencia inolvidable para los amantes del género. Conocidos por sus éxitos arrasadores como “Duality”, “Unsainted” y “Dead Memories”, estos titanes del metal están listos para desatar su furia en el escenario.
El 8 de noviembre, el recinto Calle 2 de Guadalajara será el anfitrión de la primera presentación, seguida por una actuación el 9 de noviembre en el Parque Bicentenario de la Ciudad de México. Estos conciertos son parte de la celebración del 25 aniversario de su primer álbum homónimo, un disco que cambió el juego en la escena del metal.
Los seguidores de la banda, cariñosamente conocidos como Maggots, tendrán la oportunidad de adquirir sus entradas para el concierto en la Ciudad de México a través de Superboletos. Habrá una venta anticipada exclusiva para los Maggots el jueves 2 de mayo de 10:00 a 11:00 horas. Posteriormente, se llevará a cabo una preventa Banorte del 2 al 5 de mayo, comenzando cada día a las 11:00 horas. La venta general de boletos se abrirá el 6 de mayo, también a partir de las 11:00 horas.
Originaria de Des Moines, Iowa, Estados Unidos, Slipknot ha sido una fuerza dominante en el mundo de la música desde su formación en 1995. A lo largo de los años, la banda ha logrado consolidarse gracias a su estilo único, la utilización de máscaras distintivas por cada uno de sus integrantes y una poderosa presencia en el escenario. Con integrantes como Corey Taylor, Jim Root, Mick Thomson, Shawn Crahan y Sid Wilson, Slipknot no solo ha contribuido al género del metal con su sonido característico, sino que también ha influido en la forma en que se percibe la música y la identidad grupal en la industria.
Desde sus comienzos, se destacó por un enfoque musical agresivo, incorporando una mezcla de guitarras principales y rítmicas, bajo, percusión personalizada, batería e instrumentos electrónicos que en conjunto crean un sonido descrito por los críticos como “una máquina trilladora devorando un grupo de tambores militares”.