Los 2000 llegaron a España con el metal en plena mutación: el eco de los 80 se diluía, el grunge ya no mandaba, y el género buscaba nuevos caminos entre amplificadores y cintas digitales. Fue una década donde las bandas españolas dejaron de mirar tanto al pasado y empezaron a tallar su propio espacio, ya fuera con riffs que cortaban como navajas o con melodías que podían llenar un estadio. Internet dio alas a la escena, conectando a fans desde Vallecas hasta México, y el resultado fue una hornada de discos que no pidieron permiso para sonar fuerte. Aquí van diez que, por su peso, su alcance o su atrevimiento, definieron el metal español entre 2000 y 2009, sin jerarquías ni coronas, solo hechos que todavía resuenan.
El cambio de siglo pilló al metal español en un cruce de carreteras. Los pioneros como Barón Rojo seguían en pie, pero el relevo ya estaba en marcha. El folk metal, el power y hasta el death encontraron hueco en un país donde la tradición y la rabia siempre han ido de la mano. Las bandas de los 2000 no solo sobrevivieron a la sombra de los 90; aprovecharon la red para llegar más lejos, grabaron con más recursos y se subieron a escenarios que antes eran un sueño. Esta lista no busca ganadores; reúne discos que marcaron la pauta, respaldados por ventas, giras y el boca a boca que aún los mantiene vivos.
Mägo de Oz – Gaia (2003)
Mägo de Oz ya traía ruido desde los 90, pero Gaia les puso un pie en otro nivel. Con violines y flautas tejiendo historias épicas, temas como “La Costa del Silencio” mezclan folk con metal sin sonar a disfraz. Vendió miles de copias y giró por América Latina, según datos de su página en Wikipedia, consolidando su reinado en el folk metal español.
WarCry – ¿Dónde Está la Luz? (2005)
Desde Asturias, WarCry soltó este disco con Víctor García gritando sobre dilemas existenciales. “Nuevo Mundo” y “El Regreso” traen riffs que galopan y coros que pegan duro, todo envuelto en un power metal que llenó salas. Su entrada en Wikipedia apunta a su éxito en España y giras por el continente americano.
Saratoga – Agotarás (2002)
Saratoga llegó a los 2000 con las pilas cargadas, y Agotarás lo demuestra. “A Morir” y la canción titular son pura velocidad, con Jero Ramiro y Leo Jiménez dándole un filo que cortaba el aire. El disco marcó su pico comercial, con ventas sólidas y una base de fans que creció más allá de Madrid.
Sôber – Paradÿsso (2002)
Sôber jugó en la frontera del metal alternativo, y Paradÿsso fue su carta ganadora. “Diez Años” y “Paradysso” combinan peso con melodías que se te pegan, llevando al grupo a llenar recintos y a colarse en las radios. Su página de Wikipedia refleja su impacto en la escena de los 2000.
Hamlet – El Inferno (2000)
Hamlet abrió la década con un disco que no negocia: El Inferno es crudo, directo y cargado de rabia. “Antes y Después” y “Denuncio a Dios” son puñetazos que resonaron en el metal alternativo español, ganándose un sitio en la memoria de los fans y en reseñas de la época.
Avalanch – El Ángel Caído (2001)
Alberto Rionda y su tropa asturiana soltaron El Ángel Caído, un viaje de power metal con tintes progresivos. “Xana” y la canción titular tejen una historia que suena a leyenda, y el disco se coló en las listas de ventas, según plataformas como Discogs, marcando un hito para el género en España.
Dark Moor – The Hall of the Olden Dreams (2000)
Dark Moor arrancó los 2000 con este debut que huele a castillos y dragones. “Somewhere in Dreams” y “Maid of Orleans” traen un power metal sinfónico que les abrió puertas en Europa y Asia, con una recepción que su página de Wikipedia no deja pasar por alto.
Tierra Santa – Sangre de Reyes (2001)
Tierra Santa apostó por el heavy metal épico con Sangre de Reyes. “Legendario” y “La Sombra de la Bestia” evocan batallas medievales con riffs que no aflojan, y el disco llegó a fans en América Latina, respaldado por giras que dejaron huella.
Skizoo – Skizoo (2005)
Tras la pausa de Sôber, Morti y Jorge Escobedo formaron Skizoo y soltaron un debut que pega desde el arranque. “Arriésgate” y “Renuncia al Sol” son metal moderno con ganchos que engancharon rápido, y su impacto en la escena está grabado en los registros de ventas y shows de la época.
Angelus Apatrida – Give ‘Em War (2007)
Desde Albacete, Angelus Apatrida trajo el thrash a la mesa con Give ‘Em War. “Thrash Attack” y “Versus the World” son pura velocidad y mala leche, y el disco los puso en el radar internacional, con giras europeas que confirman su alcance en su biografía de Wikipedia.
El metal español de los 2000 no se quedó en nostalgia; se plantó firme y miró hacia adelante. Estos discos, desde el folk teatral de Mägo hasta el thrash sin freno de Angelus, muestran una escena que creció en sonido y ambición. Los datos de ventas, giras y la movida en plataformas como Discogs y Wikipedia respaldan su peso. Si los 80 fueron el despegue, los 2000 fueron el vuelo, y estos diez son el combustible que mantuvo los motores rugiendo.