Vincent Paul Abbott, conocido como Vinnie Paul, marcó un antes y un después en el metal como baterista y cofundador de Pantera, banda que emergió de Texas en 1981 para transformar el género en los años noventa. Su muerte en junio de 2018, a los 54 años, cerró un capítulo vital en la historia del groove metal, pero su trabajo detrás de los tambores sigue resonando con fuerza en la escena. Más allá de la tragedia que rodeó su vida —como el asesinato de su hermano Dimebag Darrell en 2004—, el legado de Vinnie se sostiene en su capacidad para fusionar precisión técnica con un groove visceral, un enfoque que lo convirtió en referencia obligada para bateristas y amantes del metal. Este artículo explora cinco de sus partes de batería más destacadas con Pantera, seleccionadas por su inventiva, su rol estructural en las canciones y su impacto en el sonido que definió una era.
La primera parada es “Primal Concrete Sledge”, del álbum Cowboys From Hell (1990), donde Vinnie despliega un patrón tribal en las manos que se entrelaza con un doble bombo implacable. Desde los primeros compases, el ritmo establece una tensión que estalla en el minuto 1:27, con un fraseo que alterna golpes secos y un pulso casi hipnótico. Este segmento no solo impulsa la agresividad de la pista, sino que revela su habilidad para construir dinámicas que sostienen el peso de las guitarras de Dimebag sin perder protagonismo.
En “Becoming”, de Far Beyond Driven (1994), el trabajo de Vinnie destaca por su juego de pies. El doble pedal aquí no es un mero adorno: dibuja una línea rítmica que serpentea entre los riffs, aportando una cadencia que oscila entre lo marcial y lo caótico. A partir del segundo verso, los acentos en los platillos refuerzan la sensación de urgencia, mientras el bombo doble actúa como un motor que empuja la canción hacia su clímax. Es un ejemplo claro de cómo su batería podía ser tan melódica como contundente.
“Fucking Hostile”, del icónico Vulgar Display of Power (1992), pone en primer plano su enfoque directo y explosivo. El tempo acelerado exige un control absoluto, y Vinnie responde con un redoble inicial que corta como una navaja, seguido de un ritmo que alterna entre semicorcheas en el hi-hat y golpes en el bombo que resuenan como disparos. En el puente, introduce un fill breve pero cargado de intención, demostrando que incluso en la velocidad máxima podía inyectar matices sin sacrificar potencia.
Otra joya es “A New Level”, también de Vulgar Display of Power. Aquí, Vinnie teje una base rítmica que combina un groove pesado con un doble bombo que golpea en intervalos inesperados. El breakdown central, cerca del minuto 2:30, es un ejercicio de contención y liberación: los tambores marcan un pulso casi industrial, mientras los platos añaden un filo que corta la densidad del arreglo. Esta parte subraya su talento para dialogar con los demás instrumentos, funcionando como eje sin opacarlos.
Finalmente, “Slaughtered”, de Far Beyond Driven, exhibe su dominio del caos controlado. Desde la introducción, el bombo doble traza un camino frenético que sostiene el tempo vertiginoso de la canción. En el estribillo, los fills se vuelven protagonistas, con patrones que zigzaguean entre los toms y el snare, creando una sensación de desorden premeditado. Es una muestra de cómo Vinnie podía estirar los límites del instrumento, llevándolo a un terreno donde la técnica y la visceralidad se fundían sin esfuerzo.