El HDX Bar o el Hendrix, como también se conoce al recinto de Azcapotzalco, Ciudad de México, albergó lo que fue para muchos metaleros su último concierto del año. El pasado 15 de diciembre, el metal se encargó de volar las cabezas de los asistentes con la banda de death/thrash técnico Revocation como el acto principal de la velada.
La cita fue a las 7 de la noche, cuando se abrieron las puertas. El ligero retraso en el comienzo ayudó a muchos asistentes a llegar, ya que la lluvia entorpeció la ciudad y su transporte.
Nunca Digas Muere, banda oriunda de Cuautitlán Izcalli, fue quien empezó las hostilidades de la noche con los amplificadores al máximo volumen para entrar en ambiente con sus canciones llenas de energía. Se notaba claramente que los músicos aún tenían la vibra que les había quedado del concierto de Carnifex, donde también estuvieron presentes.
El público, ya despabilado por los riffs y las cervezas, recibió al poco tiempo a The Unholy, un power trío ya reconocido en la escena por su combinación de groove, stoner y thrash que te hace “mover la chompa”, como diría su cantante y baterista, Jorge Schoelman. La respuesta del público fue inmediata, ya que la energía del acto anterior se potenció para dar un show que se hizo corto y dejó a la gente con ganas de más.
La siguiente agrupación a cargo fue la yucateca Grave of Sacrifice, que trajo a la mesa un death metal más virtuoso sin dejar de lado la agresividad, el cual no pasó desapercibido por un público que iba aumentando cada vez más.
En el intermedio del cambio de bandas, se pudo ver al bajista de Revocation, Brett Bamberger, platicando con el público y a un más discreto David Davidson dando vueltas para observar a las bandas, intentando pasar desapercibido con el gorro puesto de su sudadera. Aunque muy pocos lo reconocieron, no se negó a tomarse la fotografía.
Los siguientes a cargo del espectáculo fueron Vulgar Addiction, con un metal contundente y poderoso que levantó los ánimos de los presentes. Sin duda, se nota la experiencia de los músicos que han estado previamente en bandas como Ash Nazg Burz, Longhorn Skull, Next, por mencionar algunas.
El ambiente estaba más que listo para recibir al plato fuerte de la noche. El público aclamaba al guitarrista y fundador de la banda, David Davidson, cuando empezó a probar su instrumento con riffs de Megadeth y algunos acordes de jazz. Después, empezó a sonar O Fortuna, para dar pie a Nihilistic Violence, de su última placa, Netherheaven. Tras esto, la muchedumbre se dejó llevar por la violencia auditiva y casi no paró el mosh.
Cabe señalar que algunos asistentes, de vez en cuando, trapearon el piso para evitar accidentes, lo cual el frontman estadounidense aplaudió. Pasando por piezas actuales y alguna que otra de sus anteriores trabajos, el trío volvió un pandemónium el Hendrix.
Una vez terminado el concierto y la tormenta, todos los asistentes quedaron satisfechos y en espera de lo que nos depara el año que viene, ya que este fue un cierre más que digno para este brutal 2023.