Por: Johanna Malcher
El pasado 5 de febrero, el Lunario del Auditorio Nacional fue testigo de una de las experiencias musicales más intensas y provocadoras que se han vivido en la Ciudad de México. Se trata del concierto de Ic3peak, el dúo ruso de electrónica y activismo que ha desafiado al gobierno de Vladimir Putin con sus letras y su estética.
Ic3peak se formó en 2013 en Moscú, por Anastasia “Nastya” Kreslina y Nikolay Kostylev. Su música fusiona elementos de trap, industrial y metal, creando un sonido único que ellos mismos han llamado “terrorismo audiovisual”. Sus canciones abordan temas como la corrupción política, la homofobia, la violencia doméstica y la guerra, con un tono irónico y crítico. Esto les ha valido la censura y la persecución por parte de las autoridades rusas, que han cancelado o interrumpido varios de sus conciertos. Sin embargo, Ic3peak no se ha rendido y ha continuado expresando su mensaje a través de su música y sus videos, que cuentan con millones de reproducciones en YouTube.
El concierto de Ic3peak en el Lunario fue parte de su gira mundial, que los ha llevado a países como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia y España. El dúo llegó a México con una gran expectativa por parte de sus seguidores, que agotaron los boletos para las dos fechas programadas. El público, mayormente joven, se mostró entusiasmado y ansioso por ver en vivo a los artistas rusos.
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Fotos: Johanna Malcher
El encargado de abrir la noche fue Kin Amor, un personaje con look andrógino, que cautivó al público con su voz suave y su música electrónica. Kin Amor inició su presentación de cuclillas frente a su mezclador de audio, y luego se levantó para cantar y bailar al ritmo de sus canciones, que mezclan ritmos electrónicos y distorsiones. Su actuación fue una buena introducción para lo que vendría después.
Tras la actuación de Kin Amor, hubo una pausa de 30 minutos, en la que la gente aprovechó para comprar bebidas, ir al baño o platicar con sus amigos. Sin embargo, la espera no fue aburrida, pues el público comenzó a cantar temas mexicanos como el ¡Goya! (la porra de la UNAM), el Himno Nacional Mexicano, el clásico del regional Cielito Lindo, y hasta un sonido urbano como el del “fierro viejo”. Estas manifestaciones de identidad y alegría contrastaron con el ambiente oscuro y rebelde que se viviría más tarde.
Unos segundos antes de las 9 de la noche, las luces se apagaron y el Lunario se llenó de gritos y aplausos. Era el momento de Ic3peak. En el escenario, aparecieron Nastya y Nick. Sin decir una palabra, comenzaron a tocar su primera canción, Mërtvaya luna. La voz de Nastya, alterada por efectos electrónicos, se mezclaba con los beats y los riffs de Nick, creando una atmósfera hipnótica y poderosa.
Mientras transcurrían temas como Marš, Privet, Quartz, Plamya, o Make You Cry, el público se entregaba saltando, bailando y coreando las letras. Se sentía la vibración de los saltos de un Lunario casi lleno. La energía no bajó en ningún momento, pues Ic3peak no hizo ninguna pausa para dirigirse al público. Sólo se comunicaban con su música y su actitud.
El dúo tocó otros temas como Skazka, Plak-plak, Kiss of Death, VAMPIR, I’m not evil, I’m sad, Let’s die together, ya ne shuchu, Are you scared? I am not, Grustnaya suka, This World Is Sick y Smerti bolʹše net. Se podía apreciar la variedad y la originalidad de su propuesta musical, que va desde el trap más pegajoso hasta el metal más agresivo.
Uno de los momentos más impactantes del concierto fue cuando Ic3peak mostró un mensaje contra la guerra de Rusia contra Ucrania el cual fue recibido con una ovación por parte del público, que se identificó con el espíritu crítico y contestatario de la banda.
El concierto terminó con TRRST y Dead but Pretty, dos de sus canciones más populares y representativas. En TRRST, Ic3peak colabora con Ghostemane, un rapero estadounidense que también fusiona el trap con el metal. La canción es una crítica al sistema político y religioso, que se basa en la traición y la hipocresía. En Dead but Pretty, Ic3peak hace una reflexión sobre la belleza y la muerte, con una melodía pegadiza y un coro que dice: “Estoy muerta pero soy bonita”. Ambas canciones fueron coreadas por el público, que se despidió de Ic3peak con una gran ovación.
Ic3peak solo dijo “Muchas gracias” al finalizar su presentación, y se retiró del escenario. No hubo ningún encore, ni ninguna interacción verbal con el público. Sin embargo, eso no restó nada a la calidad y la intensidad de su espectáculo, que fue una de las mejores experiencias musicales que se han vivido en el Lunario.