El metal que no oíste: joyas ocultas de los 80 › Heavy Mextal
mié. Abr 30th, 2025

Los ochenta fueron un hervidero para el metal. Mientras Iron Maiden llenaba estadios y Metallica escalaba con Master of Puppets, otros discos se cocinaban en los márgenes, lejos de los reflectores. No eran rarezas de culto para presumidos ni experimentos fallidos; eran trabajos sólidos que, por caprichos del destino —mala distribución, timing desastroso o simples tropiezos de las disqueras—, no llegaron al radar masivo. Esta lista saca del polvo algunas de esas piezas que los 80 dejaron atrás, no para romantizarlas, sino para darles el turno que merecen en el reproductor. Aquí no hay nostalgia barata; hay hechos, canciones y razones para escucharlas hoy.

El metal de esa década no era solo cuero y pelos al viento. Entre las grietas del boom comercial, bandas como Celtic Frost o Queensrÿche se arriesgaron con sonidos que desafiaban la corriente, mientras otras, como Savatage o Fates Warning, construyeron cimientos para lo que vendría después. Estos discos no se perdieron por falta de calidad, sino por un mercado saturado y decisiones que hoy suenan a chiste. Con datos de ventas, contextos de grabación y un vistazo a sus entrañas, este artículo te lleva por ocho joyas que el tiempo dejó en el banquillo, pero que aún tienen filo.

1. Into the Pandemonium – Celtic Frost (1987)

Los suizos de Celtic Frost ya habían pateado puertas con To Mega Therion (1985), pero este disco los llevó a otro terreno. Mezclaron riffs pesados con coros operáticos y hasta un cover de “Mexican Radio” de Wall of Voodoo. El vocalista Tom G. Warrior lo llamó “un experimento controlado” en una entrevista para el libro Hellfrost (2010). Noise Records apenas lo promocionó, y las ventas no pasaron de 50,000 copias iniciales, según registros de la época. Escúchalo por “Mesmerized” y su atmósfera que te envuelve como una niebla densa.

2. Rage for Order – Queensrÿche (1986)

Antes de que Operation: Mindcrime los pusiera en el mapa, Queensrÿche lanzó este álbum que suena como si el metal y el synth-pop hubieran chocado en un laboratorio. La voz de Geoff Tate navega entre capas de teclados y guitarras afiladas de Chris DeGarmo. EMI apostó poco por él, y las radios lo ignoraron por no encajar en el molde hard rock del momento. Vendió unas 100,000 copias en su primer año, según Billboard de 1987. “The Killing Words” te muestra por qué sigue siendo un disco que pide atención.

3. Hall of the Mountain King – Savatage (1987)

Savatage estaba en un limbo entre el power metal y algo más teatral cuando grabaron esto. Jon Oliva escribió la mayoría en un piano, según contó en Savatage: From the Gutter to the Stage (2000), y el resultado es un disco que balancea furia y melodía. Atlantic Records lo lanzó sin mucho ruido, eclipsado por sus propios gigantes como Skid Row. El tema titular, con su riff que retumba como un castillo cayendo, es un golpe directo que no tuvo el eco que merecía.

4. Awaken the Guardian – Fates Warning (1986)

Este álbum marcó el pico de la primera era de Fates Warning, con John Arch en la voz. Es un laberinto de cambios de tiempo y letras que parecen sacadas de un grimorio. Enigma Records, su sello, no tenía el músculo para competir con Capitol o Warner, y el disco se quedó en unas 20,000 copias vendidas, según estimaciones de la banda en foros de la época. “Guardian” te lleva por un viaje que el metal progresivo aún agradece, aunque pocos lo notaron entonces.

5. Energized – Anvil (1985)

Anvil es conocida por su documental de 2008, pero en los 80 eran un motor que no arrancó del todo. Energized, con su mezcla de speed metal y actitud callejera, salió bajo Attic Records, un sello canadiense con alcance limitado. Steve “Lips” Kudlow dijo en The Story of Anvil (2009) que las copias apenas cruzaron la frontera. “Mothra” es un tema que te sacude con su energía cruda y te hace preguntar por qué no pegaron.

6. The Skull – Trouble (1985)

Pioneros del doom junto a Saint Vitus, los de Trouble entregaron este disco con riffs lentos y oscuros que parecían tallados en piedra. Metal Blade lo lanzó, pero el auge del thrash dejó al doom en segundo plano. Vendió menos de 30,000 copias en su debut, según datos del sello. “The Tempter” tiene un peso que te clava al suelo y una vibra que los fans de Black Sabbath habrían devorado si lo hubieran oído.

7. Thundersteel – Riot (1988)

Riot había pasado años en la sombra cuando soltaron este disco de power metal puro. La voz de Tony Moore y las guitarras de Mark Reale arman un ataque que CBS Records no supo vender. El álbum se perdió en el cambio de década y vendió unas 40,000 copias iniciales, según Cash Box de 1989. El tema titular es una carga de caballería sónica que merecía más campo de batalla.

8. Under the Sign of the Black Mark – Bathory (1987)

Quorthon grabó este disco casi solo en un estudio casero, dando forma al black metal primigenio. Black Mark Productions, su propio sello, no tenía distribución decente, y las copias se movían más por correo que por tiendas. En Lords of Chaos (1998), se estima que vendió unas 10,000 unidades en su primer año. “Call from the Grave” es un eco frío y crudo que te mete en el bosque donde el género nació.

Estos discos no necesitan que los rescates por pena. Son testigos de una era donde el metal era más que un puñado de éxitos radiales; era un terreno salvaje donde las ideas volaban, aunque no siempre aterrizaran. Pon uno en la lista, sube el volumen y deja que hablen por sí mismos. La próxima vez que alguien diga que los 80 fueron solo Maiden y Priest, ya sabes qué tirarles a la cara.

By Marco Antonio de Jesús Escobedo Palma

Dir. de SEO de Heavy Mextal/ Periodista con más de 10 años de experiencia, experto en metal y especialista SEO ./ Contacto: [email protected]/ Facebook:https://www.facebook.com/marco.escobedo.52206

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