En el vasto panorama del metal extremo, el grindcore se destaca por su intensidad y velocidad. Uno de los arquitectos fundamentales de este género fue Jesse Pintado, guitarrista mexicano que, a través de su visión y habilidad, dejó una marca imborrable en la escena musical.
Jesse Pintado nació el 12 de julio de 1969 en Empalme, Sonora, México. Desde joven, mostró una pasión innata por la música, especialmente por los sonidos más agresivos y rápidos. Esta inclinación lo llevó a formar parte de Terrorizer, banda con la que marcó un punto de inflexión en la historia del metal extremo.
Si bien Terrorizer comenzó en la escena underground de Los Ángeles, su impacto fue global. Su álbum debut, World Downfall (1989), es considerado una de las piedras angulares del grindcore. Con un sonido demoledor y una producción cruda pero poderosa, el disco estableció muchos de los elementos que definirían al género: blast beats frenéticos, riffs ultrarrápidos y una estructura influenciada por el hardcore punk. Pintado fue el principal compositor del álbum y su estilo de guitarra, cargado de agresividad y precisión, sentó las bases para incontables bandas que surgirían después.
Curiosamente, World Downfall se grabó cuando Terrorizer ya se había disuelto. El disco nació gracias a la insistencia de Pintado y a la colaboración de músicos que, al poco tiempo, se convirtieron en figuras clave del metal extremo: Pete Sandoval (batería), quien pasó a Morbid Angel, David Vincent en el bajo (también de Morbid Angel) y Oscar García en la voz, quien previamente había liderado la banda Nausea. A pesar de que el grupo no continuó en ese momento, el álbum se convirtió en una referencia fundamental del género.
Tras el impacto de World Downfall, Jesse Pintado se unió a Napalm Death, donde llevó su estilo característico a una nueva audiencia y ayudó a consolidar el sonido de la banda en discos como Harmony Corruption (1990) y Utopia Banished (1992). Su trabajo con Napalm Death lo convirtió en una de las figuras más influyentes del grindcore.
Años más tarde, en 2005, Pintado revivió Terrorizer con Pete Sandoval y lanzó Darker Days Ahead (2006), un álbum que buscaba recuperar la esencia del debut, aunque con un sonido más moderno. Sin embargo, el regreso fue breve, pues Jesse falleció poco después, el 27 de agosto de 2006, debido a una insuficiencia hepática en Rotterdam, Países Bajos.
El legado de Jesse Pintado en el grindcore es innegable. Su trabajo en Terrorizer y Napalm Death ayudó a definir un sonido que, décadas después, sigue siendo una referencia en la música extrema. Su estilo de guitarra, caracterizado por riffs abrasivos y estructuras caóticas pero precisas, sigue inspirando a generaciones de músicos en el metal extremo.
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