Las luces se desvanecen mientras el inconfundible intro de I Don’t Want to Miss a Thing resuena en el aire como anunciando la llegada de una tormenta apocalíptica sonora. Las almas metaleras se dividen entre rendirse o no al himno de Aerosmith, cuando de pronto son golpeadas por un meteorito de violencia: ManiaCult impacta en el escenario, desatando una amalgama de brutalidad, velocidad y precisión. Se trata de Aborted y su mezcla perfecta de grind y brutal death metal.
Pero antes de los liderados por Sven De Caluwe, el talento mexicano dejó su huella. Los primeros en salir al escenario fueron Douchebagz, originarios de la Ciudad de México, quienes sin tapujos hablan de su afición por la “planta de poder” al tiempo que desatan su energía contagiosa. “Esto va a apestar, a eso vinimos”, declara su vocalista, cubierto por una sudadera fosforescente con capucha que, más tarde, se quita para quedar con el dorso desnudo. Su death grind, con toques de hardcore, es ejecutado con maestría, marcando el inicio perfecto para una noche llena de brutalidad.
Luego, el turno es para Introtyl, un cuarteto capitalino formado por mujeres, cuya actuación de death metal clásico resulta ser un cataclismo sonoro abominable. En aproximadamente 30 minutos, desatan una tormenta de violencia que no pasa inadvertida, recibiendo ovaciones de un público consciente de la rareza y calidad de una de las pocas bandas de metal extremo exclusivamente femeninas en el país.
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Fotos: Johanna Malcher
Alrededor de las 21:30 horas, el hambre se hace sentir, y las carnitas llegan de la mano de Urtikaria Anal, una banda regiomontana con experiencia de sobra desde su nacimiento en 2005. Ataviados con máscaras de estilo sadomasoquista logran conquistar al público desde el primer acorde, pero es cuando el cantante se despoja de su ropa para revelar un atuendo compuesto por un calzón rosa y un top negro, combinado con una máscara sado, que la locura se desata y el primer moshpit de la noche se gesta. Canción tras canción, la banda demuestra su repugnantemente buena calidad, dejando al público pidiendo más.
Aborted se adueña del escenario
Llega el momento culminante, el plato principal de la noche: Aborted. Desde su formación en 1997, la mente maestra de Sven De Caluwe ha permanecido constante, forjando una bestia letal que ha devorado cabezas a lo largo de 11 brutales álbumes de estudio. Esta noche, como parte de una breve gira organizada por Cacique Entertainment toca el turno de la Ciudad de México, específicamente en el Foro Veintiocho.
La primera parte del setlist, que incluye éxitos como Cadaverous Banquet, Bathos, Retrogore y Necrotic Manifesto, desata una tormenta de caos. Las cabezas se agitan frenéticamente, el sudor impregna el recinto, y los rugidos de Caluwe resuenan en los corazones y cerebros de los presentes.
La bestia no está satisfecha y Caluwe pide un mayor sacrificio, por lo que encabeza la creación de un wall of death y varios moshpits escarnecidos.
El setlist avanza con temas perfectamente ejecutados como Hecatomb, The Origin of Disease, Dementophobia, Infinite Terror y The Holocaust Incarnate. Tras una breve retirada del escenario, Aborted regresa con una condición: el público debe ser aún más brutal. Pretexto perfecto para que el caos se desate mientras suenan Parasitic Flesh Resection y Threading on Vermillion Deception, un par de temas que enmarcan un espectáculo de cabezas que se mueven con furia y se crean moshpits llenos de energía que marcan el cierre perfecto de una noche brutal.
La culminación llega con The Saw and the Carnage Done, extraída del icónico álbum “Goremageddon” de 2003. Este tema, con su portada de un cirujano demente, sirvió de inspiración para la creación del “Aborted Army”, fans que llegan a los conciertos de Aborted vestidos con trajes de cirujano manchados de sangre, así como máscaras y guantes. Aunque no aparecieron esta noche, el recuerdo de esta velada memorable quedará guardado en los anales del metal extremo mexicano.