Sumérgete en la gélida y majestuosa oscuridad de Blashyrkh, el reino invernal forjado en la mente de una de las bandas más enigmáticas y perdurables del black metal noruego: Immortal. Desde sus inicios en Bergen, Noruega, a principios de los años 90, Immortal ha labrado un legado inquebrantable, no solo con su música implacable y sus voces raspantes, sino con una estética y una mitología propias que los distinguen en un género ya de por sí extremo. Si eres un adepto al black metal, un curioso de su historia o simplemente un buscador de lo auténtico y lo épico, la trayectoria de Immortal ofrece un sinfín de revelaciones.
Más allá de los estereotipos simplistas que a menudo rodean al black metal, Immortal es una banda cuya profundidad se esconde en sus composiciones, en su compromiso con una visión artística única y en una resiliencia que les ha permitido superar desafíos y mantenerse relevantes durante décadas. ¿Qué hay detrás de esos rostros pintados de corpsepaint y esos himnos a la batalla y al frío eterno? Prepárate para desenterrar cinco datos fascinantes que te darán una nueva perspectiva sobre la grandeza de Immortal, revelando la dedicación, la visión y las curiosidades que han moldeado su camino. No estamos hablando de leyendas urbanas, sino de hechos que cimentan su posición como verdaderos íconos del metal extremo.
1. De Amputation a Immortal: los orígenes death metal de una leyenda del black metal
La historia de Immortal, como la de muchas bandas pioneras del black metal noruego, no comienza con blast beats helados y riffs gélidos de inmediato. Antes de forjar el sonido distintivo que los catapultaría a la fama, la semilla de Immortal germinó en un proyecto anterior con una dirección musical sorprendentemente diferente: Amputation. Formada en 1989, esta encarnación primigenia contaba con Olve Eikemo (futuro Abbath Doom Occulta) en las voces y bajo, y Harald Nævdal (Demonaz Doom Occulta) en la guitarra.
Amputation era una banda de death metal en toda regla, fuertemente influenciada por la brutalidad y la velocidad de la escena estadounidense de la época, con bandas como Morbid Angel o Obituary. Grabaron dos demos, Achieve the Mutilation (1990) y Slaughtered in a Grave (1991), que mostraban un sonido crudo y agresivo, pero sin la atmósfera ni los elementos líricos que definirían a Immortal. Lo fascinante de este origen es que demuestra la evolución orgánica de sus fundadores. No se lanzaron al black metal por moda; fue una exploración y una búsqueda de identidad sonora lo que los llevó de la brutalidad del death metal a la frialdad épica del black metal. Este período es crucial para entender la versatilidad de Abbath como vocalista y la habilidad de Demonaz para construir riffs contundentes, habilidades que más tarde serían refinadas y adaptadas para crear el sonido inconfundible de Immortal. La transición no fue solo un cambio de nombre, sino una metamorfosis estilística que marcaría el nacimiento de uno de los pilares del género.
2. Blashyrkh: un reino ficticio tan real como sus himnos
Uno de los aspectos más únicos y definitorios de Immortal es su mitología lírica, centrada en el reino de Blashyrkh. A diferencia de muchas bandas de black metal que se sumergían en el satanismo, el paganismo o temas anti-cristianos de forma más directa, Demonaz, el letrista principal de la banda, creó un universo de ficción completo y coherente. Blashyrkh es un reino invernal, helado y desolado, habitado por seres fantásticos y escenario de batallas épicas contra fuerzas oscuras. Este concepto no es una mera excusa para letras; es una parte integral de la identidad de la banda.
La creación de Blashyrkh permitió a Immortal distanciarse de las controversias y clichés de sus contemporáneos, forjando una estética propia basada en la majestuosidad de la naturaleza nórdica, el frío extremo y una fantasía oscura. Las letras de Demonaz no solo describen este reino, sino que invocan imágenes vívidas de ventiscas, montañas imponentes, campos de hielo y ejércitos de demonios. Esta atención al detalle en la construcción de su mundo ficticio no tiene parangón en el black metal y ha contribuido a la atemporalidad de su música. Blashyrkh es tan “real” para los fans como la propia banda, un testimonio del poder narrativo de Immortal y de la visión artística de Demonaz, quien, a pesar de sus problemas de tendinitis que le impidieron seguir tocando la guitarra, continuó siendo el principal letrista y visionario conceptual de la banda.
3. El icónico “corpsepaint” de oso panda: una marca inconfundible
El corpsepaint es un elemento visual distintivo del black metal, utilizado por muchas bandas para crear una imagen más siniestra o grotesca. Sin embargo, el corpsepaint de Immortal se ha vuelto tan icónico que ha trascendido el mero maquillaje para convertirse en una marca registrada, a menudo humorísticamente apodado el “corpsepaint de oso panda” o “demonio-oso”. Con el tiempo, sus caras cubiertas de blanco con grandes círculos negros alrededor de los ojos se volvieron inconfundibles, una declaración visual tan poderosa como su sonido.
Lo fascinante es cómo este estilo evolucionó y se mantuvo consistente a lo largo de décadas. Mientras otras bandas experimentaban o cambiaban su corpsepaint, Immortal conservó esta apariencia distintiva, lo que les confirió una identidad visual única y casi caricaturesca para algunos, pero profundamente arraigada en su mística para los fans. Se dice que la elección de este estilo, especialmente en los primeros años, buscaba reflejar el frío extremo y la desolación de Blashyrkh, casi como rostros congelados o máscaras rituales. Lejos de ser una moda pasajera, se convirtió en un símbolo de la banda, parte integral de su estética “grim and frostbitten” y un elemento que ha contribuido a su prominencia en la cultura popular, a menudo siendo parodiado o referenciado, lo que irónicamente solo subraya su impacto y reconocimiento.
4. La evolución musical: de la crudeza a la sofisticación épica
La discografía de Immortal es un testimonio de una evolución musical constante, una travesía que los llevó de la crudeza y el caos del black metal de la segunda ola a un sonido más pulido, melódico y épico sin perder nunca su esencia. Sus primeros álbumes, como Diabolical Fullmoon Mysticism (1992) y Pure Holocaust (1993), son ejemplos puros de black metal primario: veloces, abrasivos y con una producción intencionalmente áspera. Sin embargo, a medida que la banda maduraba, especialmente con la llegada del baterista Horgh en 1996, su sonido comenzó a adquirir nuevas dimensiones.
Álbumes como Blizzard Beasts (1997), At the Heart of Winter (1999), Damned in Black (2000) y Sons of Northern Darkness (2002) marcan un período de sofisticación. Los riffs se volvieron más complejos y memorables, las estructuras de las canciones más elaboradas y la producción más clara y potente, sin sacrificar la atmósfera gélida y la agresividad. La introducción de guitarras acústicas, teclados sutiles y pasajes épicos demostró una voluntad de experimentar y expandir los límites del género. Esta evolución, a menudo impulsada por la necesidad de adaptarse a las limitaciones de Demonaz en la guitarra y la creciente visión de Abbath como compositor principal, es un testimonio de la resiliencia artística de Immortal. Nunca se estancaron, siempre buscaron refinar su oficio y entregar obras que fueran a la vez brutales y majestuosas, asegurando su lugar en la vanguardia del black metal.
5. Divisiones y resurgimiento: la resiliencia de Blashyrkh
La historia de Immortal no ha estado exenta de turbulencias, especialmente en los últimos años. La banda experimentó una notable separación en 2015, cuando Abbath, el icónico vocalista y frontman, se desvinculó de Demonaz y Horgh. Esta ruptura fue amarga y pública, resultando en una batalla legal por el nombre de la banda y generando mucha incertidumbre sobre su futuro. Muchos pensaron que era el fin de Immortal, dada la prominencia de Abbath como figura central.
Sin embargo, aquí radica uno de los datos más fascinantes y un testimonio de la resiliencia de la visión de la banda: Immortal resurgió. Tras la partida de Abbath, Demonaz asumió las voces principales y, junto a Horgh, continuó la banda. El resultado fue el aclamado álbum Northern Chaos Gods (2018), que no solo demostró que Immortal podía existir sin Abbath, sino que también regresó a un sonido más crudo y directo, reminiscentes de sus primeros trabajos. Este álbum fue una declaración contundente, probando que la esencia de Blashyrkh y la visión de Immortal residían en sus miembros fundadores y su mitología, más allá de cualquier individuo. El hecho de que Demonaz, superando sus propios problemas de salud que le impedían tocar la guitarra, asumiera el papel de vocalista principal y mantuviera la llama de Immortal viva, es una prueba de la pasión inquebrantable y la dedicación a su arte. Es un resurgimiento épico que demuestra que el espíritu de Blashyrkh es inmortal.
El legado imperecedero de Immortal
Immortal es mucho más que una banda de black metal. Es un fenómeno cultural que ha sabido construir un universo propio, evolucionar musicalmente y superar obstáculos significativos para mantener su llama encendida. Desde sus humildes orígenes en el death metal hasta la creación de Blashyrkh, pasando por su inconfundible corpsepaint y su asombrosa capacidad de resiliencia, la historia de Immortal es un testamento a la visión, la perseverancia y la pura pasión por el metal extremo.
Para aquellos que buscan ir más allá de la superficie y comprender la verdadera profundidad de uno de los pilares del black metal, estos datos son solo la punta del iceberg. Immortal ha demostrado que, incluso en un género a menudo encasillado, la originalidad y la dedicación a una visión artística pueden forjar un legado que desafía el tiempo. Su música continúa resonando con la fuerza de los vientos helados de Blashyrkh, un recordatorio de que la oscuridad, en manos de los maestros, puede ser asombrosamente épica y eternamente fascinante.
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