5 canciones de Megadeth tan sublimes como los éxitos de Metallica › Heavy Mextal
mié. Abr 30th, 2025
el vocalista de megadeth y el de metallica

En el panteón del thrash metal, pocas rivalidades han generado tantas chispas como la de Megadeth y Metallica. No es solo una cuestión de egos o de historia compartida –Dave Mustaine, fundador de Megadeth, fue guitarrista de Metallica en sus inicios antes de ser despedido en 1983–, sino de cómo ambos proyectos han moldeado el género con visiones distintas. Metallica, con su enfoque expansivo y su maquinaria de riffs que parecen tallados en granito, se convirtió en un coloso global. Megadeth, por su parte, optó por un camino más afilado, técnico y visceral, como un bisturí que corta donde otros aplastan. Hablar de uno sin el otro es como describir el día sin mencionar la noche: se complementan, se desafían, se miden.

Elegir cinco canciones de Megadeth que puedan pararse hombro a hombro con los gigantes de Metallica no es un capricho ni un ejercicio de nostalgia. Es un reconocimiento a la capacidad de Mustaine y su banda para construir piezas que no solo resisten el paso del tiempo, sino que ofrecen algo que los titanes de San Francisco no siempre alcanzan: una mezcla única de precisión quirúrgica, furia contenida y letras que muerden como alambre de púas. Este artículo no busca elevar a uno por encima del otro, sino señalar cómo Megadeth ha forjado temas que rivalizan en impacto, complejidad y poder con los cortes más celebrados de Metallica. Aquí no hay espacio para favoritismos vacíos; cada elección está anclada en razones tangibles, desde la arquitectura sonora hasta el contexto que las vio nacer.

1. “Holy Wars… The Punishment Due” (Rust in Peace, 1990)

Si Metallica tiene “Master of Puppets” como su manifiesto de control y caos, Megadeth responde con “Holy Wars…”. El tema arranca con un riff que suena como un motor arrancando en cámara lenta, antes de explotar en un torbellino de cambios de tiempo y solos que parecen pelear entre sí. Mustaine escribió la letra tras meterse en problemas con una audiencia en Irlanda del Norte por comentarios sobre el conflicto religioso, y eso se siente: es un grito contra el fanatismo que no se anda con rodeos. La producción de Mike Clink –quien también pulió Appetite for Destruction de Guns N’ Roses– le da un brillo crudo que resiste cualquier comparación. En su reseña de 1990, Kerrang! lo llamó “un misil guiado por láser” (número 307, octubre de 1990), y no hay mejor forma de decirlo.

2. “Symphony of Destruction” (Countdown to Extinction, 1992)

Metallica alcanzó el oro comercial con “Enter Sandman”, pero Megadeth no se quedó atrás con este mazazo disfrazado de himno. “Symphony” es un estudio en economía: riff simple, casi hipnótico, que se clava en la cabeza como un clavo oxidado, mientras Mustaine narra el ascenso de un dictador con la calma de quien sabe que el desastre es inevitable. No necesita florituras ni solos eternos; su fuerza está en la tensión que construye y suelta en tres minutos. Vendió más de un millón de copias en Estados Unidos (Billboard, 1994), demostrando que Megadeth podía jugar en las grandes ligas sin sacrificar su filo.

3. “Hangar 18” (Rust in Peace, 1990)

Mientras Metallica exploraba lo introspectivo en “Fade to Black”, Megadeth miraba al cielo con “Hangar 18”. Inspirada en teorías conspirativas sobre ovnis en bases militares, la canción es un torbellino instrumental donde Marty Friedman y Mustaine intercambian solos como si fueran pilotos de combate en un dogfight. La batería de Nick Menza galopa con una precisión que roza lo inhumano, y el resultado es una pieza que te arrastra a su paranoia. Rolling Stone la incluyó entre las “100 mejores canciones de metal” en 2017, y no es para menos: es Megadeth en su punto más ambicioso y cohesionado.

4. “Peace Sells” (Peace Sells… but Who’s Buying?, 1986)

El bajo de David Ellefson abre este tema como un pulso subterráneo, antes de que la guitarra de Mustaine entre con un riff que suena a desafío puro. Si “Creeping Death” de Metallica es un relato bíblico con esteroides, “Peace Sells” es un puñetazo al cinismo de los años 80, con letras que diseccionan la hipocresía social sin pestañear. MTV usó su intro para las noticias durante años, y eso dice algo: es un ícono que trasciende el disco. El álbum vendió más de un millón de copias (RIAA, 1992), prueba de que Megadeth ya pisaba fuerte cuando Metallica apenas despegaba con Master.

5. “Sweating Bullets” (Countdown to Extinction, 1992)

Metallica tiene “One” como su retrato de la mente rota, pero “Sweating Bullets” lleva la introspección a un terreno más retorcido. Mustaine se mira al espejo –literalmente, en el video– y escribe sobre la esquizofrenia y la culpa con una mezcla de humor negro y ansiedad que corta como vidrio. El riff principal, con su staccato inquietante, y el solo de Friedman, que parece deslizarse sobre hielo, crean una atmósfera que no te suelta. Es menos épica que las baladas de Metallica, pero igual de profunda, y su enfoque directo la hace única.

By Marco Antonio de Jesús Escobedo Palma

Dir. de SEO de Heavy Mextal/ Periodista con más de 10 años de experiencia, experto en metal y especialista SEO ./ Contacto: [email protected]/ Facebook:https://www.facebook.com/marco.escobedo.52206

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