El blast beat es una de las técnicas más reconocibles dentro del metal extremo. Su velocidad y agresividad han moldeado el sonido del black metal, estableciendo una base rítmica que define la intensidad del género. Este artículo explora su origen, evolución y consolidación dentro del black metal, analizando su impacto en la escena.
Origen del blast beat: Del punk al metal extremo
El blast beat no nació en el metal, sino en el hardcore punk y el grindcore. Durante la década de 1980, bandas como Napalm Death y Terrorizer comenzaron a utilizar un patrón de batería basado en la alternancia rápida de golpes entre la caja, el bombo y los platillos.
Uno de los primeros registros documentados de un blast beat aparece en el álbum Scum (1987) de Napalm Death, donde el baterista Mick Harris acelera el ritmo hasta niveles que, en su momento, resultaban inusuales. En entrevistas, Harris describió su estilo como un intento de “crear el sonido más rápido y extremo posible”, estableciendo un estándar que influenciaría a otras bandas.
Paralelamente, el death metal, que emergía en la misma época con grupos como Morbid Angel y Death, adoptó la técnica y la refinó. Pete Sandoval, baterista de Terrorizer y posteriormente de Morbid Angel, es reconocido por llevar el blast beat a nuevas velocidades y niveles de precisión.
El blast beat en el black metal: Caos estructurado
Mientras el death metal utilizaba el blast beat con precisión técnica, el black metal lo incorporó con un enfoque diferente. Bandas como Mayhem, Darkthrone y Emperor lo emplearon de manera prolongada, creando una sensación de caos sonoro.
En De Mysteriis Dom Sathanas (1994), Hellhammer, baterista de Mayhem, consolidó el uso del blast beat en el black metal. Sus patrones extendidos de batería generaban una base rítmica que contrastaba con las guitarras distorsionadas y los tonos agudos de los riffs. En canciones como “Funeral Fog”, el blast beat no solo acelera la música, sino que también aporta una sensación de urgencia y agresión.
El baterista Frost, de Satyricon y 1349, ha descrito el blast beat como un elemento que “transforma la estructura rítmica del black metal en una pared de sonido inquebrantable”. Esta percepción resume el papel fundamental de la técnica en el género.
Variaciones y evolución del blast beat
El blast beat ha evolucionado a lo largo de las décadas, adoptando diferentes formas según el estilo de cada baterista y subgénero. Algunas de sus variaciones incluyen:
Blast beat alternado: La caja y el bombo se golpean de manera intercalada, generando un efecto de ráfaga.
Hammer blast: La caja y el bombo se tocan simultáneamente, aumentando la densidad del sonido.
Gravity blast: Técnica que emplea un rebote controlado en la caja para alcanzar velocidades extremas con menos esfuerzo.
Bateristas como George Kollias (Nile), Trym Torson (Emperor, Zyklon) y Tony Laureano (Angelcorpse, Nile, Dimmu Borgir) han perfeccionado estas variantes, contribuyendo a la evolución del blast beat en el metal extremo.
Influencia en la escena actual
En la actualidad, el blast beat sigue siendo una técnica central en el black metal y otros géneros extremos. Bandas contemporáneas como Marduk, Watain y Dark Funeral han llevado su uso al límite, incrementando la velocidad y la intensidad de la ejecución.
El baterista Dominator (ex-Marduk) ha alcanzado velocidades superiores a 250 BPM, un reflejo del nivel técnico que el blast beat ha adquirido en el metal extremo. Al mismo tiempo, subgéneros como el black metal atmosférico y el post-black metal han experimentado con la técnica, combinándola con estructuras más dinámicas y progresivas.
Conclusión
El blast beat no solo define el sonido del black metal, sino que ha sido un elemento esencial en la evolución del metal extremo. Desde sus orígenes en el grindcore hasta su consolidación en el black metal, esta técnica ha transformado la manera en que se percibe la batería dentro del género.
Su desarrollo continúa, con bateristas que buscan nuevas formas de llevar su velocidad y ejecución al límite. En el black metal, el blast beat sigue siendo el recurso fundamental que le otorga furia y energía a su característico sonido.